En la misma zona donde hace dos semanas pegó el huracán Eta, y dejó 261 fallecidos, ahora llega Iota, con categoría 5.
Al tocar tierra, se degradó ligeramente a categoría 4, con vientos máximos sostenidos de 250 kilómetros por hora (155 millas por hora).
Al cierre de la edición, el meteoro sigue siendo potencialmente destructivo.
El Centro Nacional de Huracanes de EU informó que a las 19:00 horas de ayer, la pared del ciclón estaba sobre Nicaragua, casi en la frontera con Honduras.
“Se espera que Iota traiga vientos catastróficos, una marejada ciclónica amenazante a la vida y lluvias torrenciales a América Central”, anotó en su alerta.
Advirtió que las lluvias podrían permanecer hasta el próximo jueves, lo que ocasionará riesgos de inundaciones y deslizamientos de tierra.
Además, la institución pronosticó marejadas de hasta 6 metros de altura, lo que pondría en riesgo vidas humanas.
Antes de tocar tierra firme, el meteoro arrasó con la isla colombiana de Providencia. El presidente Iván Duque reportó un muerto y 98 por ciento de afectación en la infraestructura.
“Es la primera vez que un huracán de categoría 5 llega al país; se está haciendo un monitoreo constante para atender con ayuda humanitaria las islas de San Andrés y Providencia”, dijo Duque.
En Nicaragua, el primer punto que tocó el huracán fue la comunidad indígena Haulover, con vientos de 260 kilómetros por hora; al llegar a tierra se degradó a categoría 4.
En Bilwi, otra comunidad afectada, se reportan cortes del fluido eléctrico, inundaciones en calles, desprendimiento de techos de viviendas y caída de árboles.
Los primeros reportes refieren inundaciones, cortes en las carreteras, apagones de luz e incomunicaciones en varias comunidades de la costa caribeña.
La vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, informó que unas 40 mil personas fueron evacuadas.
El Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) de Nicaragua informó que tenían 250 albergues abiertos y la movilización de 9 mil efectivos del ejército, 8 mil 600 policías, 900 trabajadores de la salud y 650 socorristas.
El organismo prevé que sean afectadas por el meteoro un millón 785 mil personas; calculó que hay 629 puntos críticos de inundaciones y 424 de deslizamientos.
“Posiblemente sea un huracán intenso, las marejadas se van a presentar y estamos esperando el impacto del sistema”, dijo Marcio Baca, director de Meteorología, tras explicar que se prohibió todo tipo de navegación.
Honduras también se encuentra en alerta roja para toda la zona caribeña, donde también se sienten los fuertes efectos del huracán.
Las autoridades de ese país dijeron que más de 63 mil 500 personas se encontraban en 379 refugios.
El presidente Juan Orlando Hernández se reunió ayer por la mañana de manera virtual con el titular del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para solicitar recursos.
“Lo que se nos avecina es una bomba que va dejar al país y Centroamérica en una situación muy difícil”, dijo el mandatario.
En el mismo evento, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, también clamó por ayuda.
“Si no queremos hordas de centroamericanos buscando irse a otros países en mejores condiciones de vida tenemos que generar en Centroamérica muros de prosperidad”, dijo.
Junto con el impacto económico de la crisis del coronavirus, los expertos han advertido que las secuelas de la temporada de huracanes podrían impulsar una nueva ronda de migración desde la región, tras los efectos devastadores de ambos eventos.
Guatemala, uno de los más golpeados por Eta, también realizó evacuaciones en zonas de riesgo.
Mientras tanto, el gobierno de El Salvador anunció un monitoreo de todas las zonas, el despliegue masivo de personal y evacuaciones preventivas en las zonas de mayor riesgo.
Panamá y Costa Rica también se mantienen en alerta.
La actual temporada de huracanes del Atlántico ha batido récords en el número de tormentas nombradas, que ya suman 30 tras la aparición de Iota.
- El dato: El primer punto de devastación para Iota fue la isla colombiana de Providencia, donde habitan unas 6 mil personas; reportan un muerto y daños en 98% de la infraestructura.