Este lunes 23 de noviembre, el laboratorio británico AstraZeneca y la universidad de Oxford anunciaron que la vacuna contra COVID-19 que desarrollaron conjuntamente, que es la que se envasará en México mostró "una eficacia del 70 por ciento" en las pruebas.
“Creo que éstos son resultados realmente prometedores”, expresó en conferencia de prensa el doctor Andrew Pollard, investigador jefe del experimento.
“Debido a que la vacuna puede guardarse en un refrigerador normal, puede ser distribuida por todo el mundo usando el sistema de distribución normal. Por lo tanto, creo que hemos logrado nuestro objetivo, de desarrollar una vacuna que sea accesible para todos”, resaltó.
Esta vacuna, cuyos ensayos clínicos se realizan, entre otros países, en Reino Unido y Brasil, tiene sin embargo una eficacia mucho menor a la de cerca del 95 por ciento anunciada para las vacunas producidas por sus rivales Pfizer/BioNTech y Moderna.
Sin embargo, utiliza una tecnología más tradicional que la de sus dos competidores, lo que la hace menos costosa y más fácil de almacenar, ya que no necesita ser conservada a una temperatura muy baja.
Aparte de eso, la vacuna de AstraZeneca es más económica.
La farmacéutica informó que ha llegado a acuerdos con diversos gobiernos y con organizaciones internacionales para que el precio no supere los 2.50 dólares por dosis.
La vacuna de Pfizer costará unos 20 dólares mientras que la de Moderna se vendería a entre 15 y 25 dólares, según estipulan acuerdos para entregar dosis al gobierno estadounidense.
Las tres vacunas tendrán que ser aprobadas por los entes reguladores antes de poder ser distribuidas.
Tanto los expertos de Oxford como los de AstraZeneca enfatizan que no están haciendo competencia con otros proyectos y que, en todo caso, se necesitarán múltiples vacunas para poder repartirlas a toda la población mundial y así poner fin a la pandemia.
“Tenemos que desarrollar muchas vacunas para todo el mundo y rápidamente, y es mejor hacerlo con distintas tecnologías de tal manera que si una tecnología sufre un inconveniente, hay una alternativa”, explicó Sarah Gilbert, directora del equipo investigador de Oxford.
“También es bueno tener diversas fuentes de manufactura, ya que no queremos que nadie se quede sin los ingredientes necesarios”, añadió.
Por su parte, la científica jefe de la Organización Mundial de la Salud, Soumya Swaminathan, resaltó que los resultados son “alentadores y esperamos ver los datos, al que igual que otros resultados prometedores”.
“Debemos alentar también a otros desarrolladores”, anotó.
ntb