La pandemia del coronavirus aumentó el tráfico de mujeres y la violencia de género, poniendo la salud y la seguridad de las mujeres “en peligro”, dijo la premio Nobel de la Paz, Nadia Murad.
Los toques de queda, las cuarentenas y las restricciones de viaje impuestas por los gobiernos para ralentizar la propagación del virus “han tenido consecuencias no deseadas en mujeres de todo el mundo”, señaló la activista, de 27 años, que fue obligada a la esclavitud sexual por parte de combatientes del grupo extremista Estado Islámico en Iraq.
"En lugar de reducir la trata de personas y la violencia de género, la pandemia ha aumentado el riesgo de explotación y brutalidad contra los más vulnerables", anotó.
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“Numerosos países han registrado un aumento en los reportes de violencia doméstica desde el inicio de la pandemia”.
Las tensiones en el hogar se han intensificado en los espacios confinados, y las ordenes de quedarse en casa “están aumentando el tráfico de personas más clandestino, lejos de la vista de las autoridades”, agregó.
“Los pocos recursos dedicados a la prevención, rescate y rehabilitación se están agotando", afirmó Murad. “Como resultado, la salud y la seguridad de las mujeres están en peligro. Ahora, para muchas mujeres es difícil tener acceso a apoyo psicológico (y) atención sanitaria”.
Murad, miembro de la minoría yazidí de Irak, fue una de las miles de mujeres y niñas capturadas y obligadas a la esclavitud sexual por parte de los extremistas de EI en 2014. Su madre y seis hermanos fueron asesinados por la milicia radical. Se convirtió en activista en favor de las mujeres y las niñas tras huir y encontrar refugio en Alemania, y en 2018 compartió el premio Nobel de la Paz.
Murad intervino en una reunión de Naciones Unidas titulada "Cuarentena y encierro: Contra la violencia sexual y el tráfico de personas durante la pandemia del COVID-19”. Estuvo organizada por Nadia’s Initiative, la organización sin ánimo de lucro fundada por la activista en 2018 en favor de las sobrevivientes de violencia sexual y que busca reconstruir comunidades en crisis, además de por ONU Mujeres y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).
Según Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres, el 72% de las víctimas de trata detectadas en el mundo son mujeres y niñas, y el 77% de las identificadas como sobrevivientes fueron víctimas de explotación sexual.
La pandemia empujará a 47 millones más de mujeres y niñas a la extrema pobreza, añadió, “pero el negocio para los traficantes está en auge”.
“Durante los confinamientos por la pandemia, dos tercios de los trabajadores contra la trata reportaron haber visto un incremento en el reclutamiento en internet por parte de traficantes con el propósito de explotación sexual online", afirmó Mlambo-Ngcuka.
La pandemia ha reducido el acceso a la atención sanitaria y ha comprometido la capacidad de los gobiernos y de la ONU “para informar sobre violaciones, proporcionar protección y combatir la impunidad”, agregó.
Mlambo-Ngcuka pidió una acción global urgente y coordinada y citó una respuesta prometedora: 146 países respondieron al llamado del secretario general del organismo, António Guterres, de medidas para evitar la violencia contra las mujeres y niñas y promover la “paz en el hogar” como parte de los planes para hacer frente al COVID-19.
La actriz y activista Ashley Judd, embajadora de buena voluntad del Fondo de Población de la ONU, criticó “la masculinidad tóxica” que se enseña a los hombres y chicos que atacan y explotan sexualmente a las mujeres.
“Espero el día en que no tengamos violencia sexual y de género, especialmente con el COVID, del que tenemos que ser resilientes", dijo en su intervención virtual en la reunión.