Fuerzas de seguridad de Argentina y de la capital del país diseñaron las medidas de seguridad en los alrededores del Congreso a menos de 24 horas de que el Senado trate un controvertido proyecto de ley para legalizar el aborto, impulsado por el oficialismo.
El trato legislativo, que ha dividido a la sociedad con una fuerte influencia católica, comenzará el martes por la tarde en medio de una prevista pugna de los integrantes de la conservadora Cámara Alta.
"La Policía Federal Argentina, junto con el refuerzo de la Prefectura Naval Argentina, bajo el comando unificado de monitoreo del Ministerio de Seguridad de la Nación, se hará cargo de la prevención y seguridad perimetral del palacio legislativo, así como del ingreso y egreso de las y los legisladores", dijo el Gobierno del presidente Alberto Fernández en un comunicado.
"En tanto, la policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), como es habitual, tendrá la jurisdicción sobre el resto del espacio público de la movilización que se prevé para la jornada de mañana (martes)", agregó.
Se esperan masivas manifestaciones en las afueras del Congreso, entre quienes están a favor y se identifican con pañuelos verdes, y en contra quienes lucen pañuelos celestes. La adyacente plaza de Los Dos Congresos estará dividida en partes iguales para separar a ambos grupos.
La Iglesia argentina pidió el sábado a los senadores que reflexionen con conciencia antes de la decisiva votación.
Los senadores decidirán si convierten en ley el discutido proyecto, luego que el 11 de diciembre la Cámara de Diputados le diera media sanción donde se estipula la interrupción legal y gratuita de los embarazos hasta la decimocuarta semana.
De ser aprobada, la norma podría marcar el camino hacia un cambio más amplio en América Latina, una región con una gran mayoría católica usualmente renuente a modificaciones legales que afecten a la sexualidad o la familia tradicional.
El proyecto para despenalizar el aborto fue rechazado en otras oportunidades por el Parlamento argentino.