Ante la presión de seguidores que pedían más ayudas fuera del palacio presidencial, el presidente Jair Bolsonaro frunció el ceño y dijo que "Brasil está en bancarrota, hombre" y que no podía hacer nada.
El presidente de Brasil ha sido ampliamente criticado por desestimar los peligros del COVID-19 y ahora enfrenta cuestionamientos por los retrasos en el despliegue de la vacuna en el país.
Casi 200,000 brasileños han muerto a causa del nuevo coronavirus, pero todavía faltan por lo menos tres semanas para que se ponga en marcha un programa nacional de inmunización.
De acuerdo con encuestas, el apoyo de Bolsonaro ha resistido durante la crisis provocada por la emergencia sanitaria, debido en parte a un paquete de estímulo de aproximadamente 400,000 millones de reales (76,000 millones de dólares), incluidos unos 275,000 millones de reales en transferencias de efectivo que ayudaron a millones de personas.
A medida que esos programas se reducen, los economistas del Banco Mundial pronostican una recuperación "desigual", que perjudica a los servicios, mientras que la industria y la agricultura encabezan el crecimiento.
La economía de Brasil probablemente crecerá 3 por ciento en 2021 y menos el próximo año, dijo el martes el Banco Mundial, porque el estímulo se desvanece mientras el país trata de recuperar la producción perdida durante la pandemia.
El pronóstico del Banco Mundial para el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil en 2021 es 0.8 puntos porcentuales más alto que en su estimación de junio, pero no lo suficiente como para compensar la probable caída del 4.5 por ciento en 2020, en el país con más muertes por COVID-19 a excepción de Estados Unidos.
Con información de Reuters.
JVR.
