A poco más de una semana del juicio político en el Senado, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se separó de dos de sus principales abogados, según fuentes familiarizadas con el caso.
Se trata de los abogados Butch Bowers y Deborah Barbier, quienes se fueron de la defensa de Trump por una “decisión mutua” que evidencia una discrepancia sobre la dirección del caso, según dijo una fuente a la agencia AP.
Se prevé que los relevos se incorporen en uno o dos días.
Estos cambios generan una nueva incertidumbre en la estructura y la estrategia del equipo de defensa de Trump mientras se prepara para enfrentar los cargos por incitar a la insurrección en el Capitolio de los Estados Unidos el pasado 6 de enero.
Sin embargo, todos los republicanos del Senado —menos cinco— votaron esta semana a favor de un esfuerzo para desestimar el juicio incluso antes de que comenzara, dejando en claro que es poco probable que se condene al expresidente, independientemente de su equipo de defensa.
Greg Harris y Johnny Gasser, dos exfiscales federales de Carolina del Sur, también están fuera del equipo, dijo una de las fuentes a AP.
Trump ha luchado por encontrar abogados dispuestos a defenderlo después de convertirse en el primer presidente de la historia en ser acusado dos veces. Está programado para ser juzgado en la semana del 8 de febrero, bajo el cargo de que incitó a sus partidarios a asaltar el Congreso antes de la toma de posesión del presidente Joe Biden en un intento por detener la transición pacífica del poder.
Después de que numerosos abogados que lo defendieron se negaron previamente a hacerse cargo del caso, Trump fue presentado a Bowers por uno de sus aliados más cercanos en el Senado, el Senador de Carolina del Sur. Lindsey Graham.
Bowers, una figura familiar en los círculos legales republicanos, tenía años de experiencia representando a funcionarios electos y candidatos políticos, incluido el entonces gobernador de Carolina del Sur, Mark Sanford, quien enfrentó un esfuerzo fallido de juicio político que se transformó en una investigación de ética.
Bowers y Barber no respondieron de inmediato los mensajes en busca de comentarios el sábado por la noche.
Los republicanos y los asesores de Trump han dejado en claro que tienen la intención de presentar un argumento simple: el juicio de Trump es inconstitucional porque ya no está en el cargo.
