El Reino Unido endureció las medidas para enfrentar la pandemia de COVID-19, pues además de pruebas obligatorias incluye penas de prisión de hasta 10 años a los viajeros que incumplan los protocolos sanitarios o mientan en sus formularios.
El secretario de Salud, Matt Hanckock adelantó que las nuevas restricciones ante el crecimiento de las nuevas cepas entrarán en vigor a partir del 15 de febrero, pues el primer mes del año registró las peores cifras de la pandemia.
Hasta el momento la sanción de prisión contempla a extranjeros si se detecta que mintieron sobre su procedencia o estancia en uno de los 33 países de la “lista negra”, entre los que están destinos de América Latina, África y hasta de la Unión Europea, para evadir los controles sanitarios.
Y es que las autoridades inglesas temen la importación de nuevas variantes, que puedan ser resistentes a las vacunas.
Además, todos los viajeros deberán someterse a aislamiento en hoteles durante al menos 10 días, con un costo de mil 750 libras (48 mil pesos) y presentar hasta tres pruebas negativas, la primera desde su llegada.
ntb
