Nicolas Sarkozy fue condenado a tres años de cárcel por corrupción y tráfico de influencias con lo que se convirtió en el primer expresidente francés en ser enviado a prisión; sin embargo, sólo cumplirá un año de sentencia y en casa; aunque la Fiscalía francesa solicitaba hasta cuatro años de sanción.
Luego de que un Tribunal en París lo declarara culpable de participar en un “pacto de corrupción”, la jueza Chrstine Mee informó que la sentencia contra político de 66 años de edad contempla sólo un año de arresto domiciliario, periodo en el que le colocarán un brazalete electrónico, pues suspendieron los dos años de condicional. Antes que él, su antecesor, Jacques Chirac, fue condenado en 2011, pero nunca implicó el ingreso a prisión.
Pruebas serias y consistentes demuestran que (Nicolas) Sarkozy forjó un pacto de corrupciónTribunal de París, Comunicado
Tras el juicio que comenzó desde el año pasado, autoridades demostraron a más de una década de que dejara el cargo que Sarkozy realizó llamadas telefónicas junto al abogado Thierry Herzog a un juez de alto rango para favorecer sus intereses, aunque el derechista rechazó en innumerables ocasiones los cargos al acusar que eran escuchas ilegales.
De acuerdo con las investigaciones y charlas reveladas por Le Monde, conocidas como “el caso de las escuchas”, desde 2014, a través de teléfonos registrados con nombres falsos —entre ellos el de Paul Bismuth, un contacto del abogado— tenía comunicación con el exmagistrado Gilbert Azibert a quien corrompió para obtener información confidencial de casos que lo involucraban en delitos como financiamiento irregular, por donaciones del exterior.
A cambio, Sarkozy le ofreció a Azibert un puesto en el Consejo del Estado de Mónaco para su retiro, pese a que el expresidente tenía más de dos años fuera de la presidencia.
Tras presentar “pruebas contundentes”, el tribunal dijo que el exmandatario usó su poder y estatus para beneficiarse con un pacto de corrupción; mientras que Herzog, quien violó el secreto sumario, conocía la ilegalidad de los hechos.
Las investigaciones contra Sarkozy comenzaron años después de su campaña por presuntamente aceptar dinero del régimen libio de Muamar Gadafi, a quien le dio la espalda al apoyar un levantamiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en su contra; esta presunta relación llevó a las autoridades a escuchar las conversaciones entre Sarkozy y Herzog.
Sus cómplices, Herzog y Azibert, también fueron declarados culpables y sentenciados por el mismo tiempo; en el caso contra el primero de ellos se añadió el delito de soborno y fue inhabilitado para ejercer como abogado cinco años, mientras que al exmagistrado se le acusó de encubrimiento.
Tras la sentencia, Sarkozy salió del recinto sin dar declaraciones; mientras que su abogada, Jacqueline Laffont, calificó el falló de injustificado, por lo que adelantó que apelará la decisión, que representa un golpe también para la derecha, en la que aún mantenía gran influencia.
Además, su cliente tiene pendiente un segundo juicio, por el que regresará a los juzgados este mes por anomalías en financiamiento en su fallida reelección, periodo en el que recibió dinero ilegal de la heredera de L’Oréal, Liliane Bettencourt.
En México, el exmandatario es recordado por la mala relación que tuvo con su homólogo, el expresidente Felipe Calderón, a raíz del caso Florence Cassez, ciudadana francesa detenida en 2005 en México por secuestro y que detonó un conflicto diplomático, pues acusó que se le ofreció apertura del caso, pero al llegar al país cambió su postura.
Durante su visita a México, Sarkozy presionó al mandatario mexicano para extraditar a Cassez advirtiendo que la situación podría dañar la relación bilateral, pues se habían pisoteado los derechos de una ciudadana, al condenarla a más de 90 años en prisión.
Abogó, tras reunirse con los padres de la mujer de entonces 33 años, para que concluyera la sentencia en su país natal y hasta amagó con cancelar El año de México en Francia (a celebrarse en 2011); pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) también dio un no rotundo al ratificar la sentencia.
Ante el rechazo del gobierno, el francés señaló que este país sería el único responsable de la seguridad y salud de una mujer inocente, que años después fue liberada al demostrar que su caso fue un montaje armado por autoridades policiacas.
- El dato: Cuando Sarkozy se desempeñaba como ministro del Interior sostuvo una reunión con Gadafi, quien le ofreció respaldo en sus aspiraciones, según el intérprete del líder libio.