Este martes murieron al menos ocho personas en un tiroteo letal entre las fuerzas de seguridad y los milicianos que se oponen al gobierno militar en Myanmar, mismo que se suscitó luego de que se realizara una redada en un inmueble que la junta militar describió como un escondite de “terroristas“
Los residentes de la zona densamente poblada reportaron enfrentamientos presuntamente violentos en los que participaron cerca de 50 soldados. Además, los habitantes informaron haber escuchado explosiones.
La oposición inicial a la toma de poder por parte de la junta era una resistencia no violenta, que incluyó marchas y protestas pacíficas, pero los militares hicieron uso de la fuerza letal, provocando la muerte de cientos de manifestantes y desatando una autodefensa activa.
La oposición violenta al gobierno militar se ha intensificado en las últimas semanas y se han registrado atentados con bombas y asesinatos de funcionarios locales vinculados a la junta militar.
Los opositores armados se han organizado para formar unidades de lo que han llamado la Fuerza de Defensa Popular, con el objetivo final de formar un ejército federal que pueda desafiar a la junta gobernante.
Algunos activistas que han recurrido a la resistencia armada han recibido entrenamiento militar de grupos de minorías étnicas en zonas fronterizas, que desde hace mucho tiempo se han enfrentado al gobierno central en busca de una mayor autonomía, pero el alcance de su ayuda no está claro.
Mensajes publicados en las redes sociales que afirmaban hablar en nombre de la rama en Mandalay de la Fuerza de Defensa Popular dijeron durante el tiroteo del martes por la mañana que era el inicio de un levantamiento de guerrilla urbana. Sin embargo, para entonces no había indicios de alguna otra acción significativa contra la junta militar.