China no permitirá ninguna injerencia extranjera y quien intente someter a su pueblo “se encontrará con cabezas rotas y ensangrentadas”, advirtió el presidente Xi Jinping, lo que fue interpretado como una nueva insinuación a Estados Unidos, por los casos Taiwán, comerciales y Covid-19.
En un evento en Tiananmén –donde Mao proclamó la República–, por el Centenario del Partido Comunista, el líder insistió que su pueblo no se caracteriza por ser subyugado o esclavizado, pero cualquiera que se atreva a ponerlo en duda tendrá que enfrentarse “a la Gran Muralla de hierro”, en referencia a los mil 400 millones de chinos.
Sin embargo, en su discurso de casi una hora ante 70 mil ciudadanos sin cubrebocas y el respaldo de militares y líderes del partido, reiteró que no busca una confrontación, pero ante un amago tomará acciones, al garantizar que cuenta con un Ejército, pilar de la seguridad, que es “una fuerza poderosa para salvaguardar la paz regional y mundial”, a la que prometió dotar de mayor capacidad.
Y reiteró a sus adversarios a no subestimar sus dichos, pues si los obligan saldrán a defender su soberanía.
Sostuvo que el partido que encabeza desde hace nueve años detonó el crecimiento, con grandes reformas de hace 40 años, mismas que consiguieron que el país pasara de una colonia humillada a una potencia con un mejor nivel de vida.
Asimismo, el líder de 68 años de edad resaltó que China se catapultó como un país próspero; no obstante, llamó a “trabajar más duro” para que este ascenso histórico, en materia económica y política, sea irreversible y puedan apostar a un rejuvenecimiento nacional.
Sobre las advertencias al exterior, Xi Jinping acotó que nunca ha sometido a otros pueblos, esto pese a las críticas por violaciones a derechos humanos y sometimiento de minorías uigures y musulmanes, la represión en Hong Kong contra disidentes, así como el amago de apropiarse de Taiwán, región que se asume como un Estado soberano.
Y reiteró su compromiso por un desarrollo global y para preservar el orden internacional, mismo que considera ha “destruido” la gestión estadounidense, y su portavoz de Exteriores, Wang Wenbin, afirmó que esa nación es la mayor amenaza al imponer sanciones y amagar con militarizar zonas que no cumplen con sus normas, mientras que el Gobierno la culpa de obstaculizar su crecimiento.
Estas declaraciones desafiantes se dan en medio de la rivalidad con Estados Unidos, cuyo presidente calificó de amenaza internacional al Gobierno chino durante su primer viaje a Europa.
Y es que la relación entre ambas naciones ha empeorado por temas clave como espionaje, acusaciones en torno a la pandemia y diferencias comerciales, en las que destaca la competencia irregular, hecho por el que el gobierno de Biden sancionó a firmas de este régimen por cometer “prácticas laborales crueles e inhumanas” para afianzarse como líder en el orden internacional.
Además, Biden, quien reiteró que llegó al poder para recuperar el liderazgo de EU, llamó a sus socios de Europa a hacer frente a la competencia que representa el país más grande de Asia, que sigue cometiendo hackeos para actuar contras varias naciones.
También ha expresado sus diferencias en torno a retomar el control de Taiwán, luego de que Xi Jinping prometiera de nuevo la “reunificación” de esta región como un compromiso inquebrantable para alcanzar una “resolución conjunta”, proceso en el que anticipa medidas decididas para derrotar por completo cualquier intento independentista. Taiwán sostuvo que no cederá ante “una dictadura” que no respeta las libertades ni la democracia y aseveró que China es una amenaza real en la región, al recordar los constantes amagos al enviar bombarderos a la isla, como medida de presión.
Ante estas nuevas advertencias, los republicanos llamaron a EU a actuar frente al peligro en que se convirtió la nación, especialmente ante su avance para invadir territorios, como Taiwán.
La exembajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, advirtió que si no se toman acciones “China se quedará con Taiwán”, lo que calificó de peligroso en su camino por apropiarse de otros espacios, hecho que respaldó el legislador Ken Buck, al refrendar el apoyo de EU a Taiwán ante esta potencia, que, aunque pregona una supuesta paz en sus discursos, amenaza con invadir a sus vecinos.
Por separado, el congresista Mark Green advirtió que ese régimen pone en riesgo la gobernabilidad democrática y la estabilidad en América Latina”.
- El dato: El gobierno de Joe Biden ha buscado el apoyo de naciones de Occidente para presionar a China a desistir de violaciones a derechos humanos, hecho cuestionado por este régimen.