EU apura evacuación con aerolíneas comerciales

Ante las complicaciones en evacuar a connacionales y afganos, Estados Unidos reclutó a seis aerolíneas para acelerar las salidas, pues en una semana, desde la caída de Kabul, ha rescatado a 28 mil personas.

Sin detallar la cantidad de vuelos o de personas a recuperar por seguridad, el Gobierno puso en marcha por tercera vez la Flota Aérea de Reserva Civil al replicar los hechos de la Guerra del Golfo y la de Irak, en la que contará con el respaldo de 18 aviones de American Airlines, Atlas Air, Delta Air Lines, Omni Air, Hawaiian Airlines y United Airlines, con lo que el presidente Joe Biden confirma que usará todos los recursos, pues sólo contaban con 150 aeronaves militares.

De acuerdo con el titular del Departamento de Defensa, Lloyd Austin III, esta flotilla —que según medios locales fue notificada del apoyo desde la semana pasada— se encargará de ir por ciudadanos y colaboradores en zonas de paso, ante el bloqueo del Talibán para llegar al único aeropuerto en funciones y así el Ejército se concentrará en Kabul, zona fuertemente custodiada por los extremistas desde el pasado 15 de agosto.

Incluso, autoridades diplomáticas reiteraron a los ciudadanos el llamado a no acercarse al aeropuerto en tanto no reciban instrucciones, pues es peligroso ante los disparos y los esfuerzos de yihadistas por nulificar cualquier intento de resistencia en Panjshir, única zona aún libre del poder del Talibán, acoso por el que han fallecido al menos 19 personas.

Al respecto, tres de las compañías convocadas se comprometieron a apoyar la Fase 1 del plan al señalar que es un orgullo participar en operaciones humanitarias. A través de redes sociales, la compañía American confirmó que dispondrá de tres aviones para “salvar vidas”, los directivos de Delta informaron que enviarán a las bases militares aeronaves de repuesto disponible, mientras que Hawaiian confirmó que ya recibió el llamado.

En tanto, Joe Biden reconoció que es posible que estos vuelos continúen después del 31 de agosto, plazo previsto para abandonar la región, al afirmar que su compromiso es ayudar a todo aquel que quiera volver al país.

Resaltó que en los últimos días aceleraron las operaciones, muestra de ello es que entre sábado y domingo evacuaron a 11 mil, más de la tercera parte de las acumuladas desde el pasado 14 de agosto, e insistió que nadie podía anticipar el regreso abrupto del Talibán, pero sin importar cuándo fuera el retiro de tropas era previsible que sería duro y doloroso.

Sobre la seguridad, funcionarios de la Casa Blanca admitieron que hay serias amenazas por el acoso de extremistas; en contraste este grupo responsabilizó a EU del fracaso de poner orden en el aeropuerto, única zona que controlan, pues eso no se ha replicado en otros puntos.

A esta tónica de señalar culpables se sumaron líderes de la Unión Europea (UE) que coincidieron que en esta emergencia ese país se convirtió en el principal freno para sacar a un mayor número de ciudadanos.

Incluso, se alertó que es posible que muchas personas queden atrapadas en Afganistán, debido a la nula experiencia de las tropas para realizar estos desalojos. Y agregan que no alcanzarán el objetivo de evacuar hasta a 60 mil personas, luego de una guerra de 20 años.

A estos reclamos se suman las críticas del expresidente estadounidense Donald Trump y del ex primer ministro británico Tony Blair. El primero calificó de fallida la estrategia de Biden como “la mayor humillación” del país y sostuvo que si aún fuera mandatario no habrían llegado a esto, pues el retorno de los extremistas habría tardado más, jamás se habrían apoderado del arsenal compartido con el Ejército afgano y menos permitiría que se alzara una bandera islámica en su embajada en la víspera del aniversario de los atentados del 11-S.

Por separado, Blair descalificó las decisiones al considerar que lo hecho en la última semana es imbécil, trágico y peligroso, pues no responde a los intereses globales, sino a una fallida política para poner fin a guerras interminables.

En medio de esta situación, el primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, convocó a reunión del G-7 para analizar la crisis humanitaria en esa región, lo que implica temas de seguridad, terrorismo, migración y derechos humanos.

Alertan por terrorismo. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió que esta ayuda humanitaria podría extender el terrorismo, pues no hay seguridad de que los afganos evacuados no están relacionados con el terrorismo.

El líder del Kremlin aseveró que en cada salida hay la posibilidad de que un extremista esté entre ellos para desestabilizar a los gobiernos que ofrecen protección. Y añadió “no queremos que vengan milicianos que se hacen pasar por refugiados”.