Con más de 20 por ciento de estadounidenses sin inocular, YouTube busca empujar la aplicación de dosis al eliminar el contenido de movimientos antivacunas que difunden información falsa para evitar que la gente obtenga sus inyecciones.
Así les cierra el camino, o al menos en su plataforma, tras confirmar que desde el inicio de la pandemia de coronavirus ya ha “bajado” un millón de videos con fake news desde que comenzó la pandemia, siguiendo los pasos de Facebook que emprendió la misma lucha.
La medida inusual, luego de negarse a censurar la libertad de expresión, se da la misma semana en que el presidente Joe Biden convocó a detener la pandemia de los no vacunados por el riesgo que representan para la población, en especial por ser la nación con más decesos a causa de este virus con 694 mil, lo que representa 14.5 por ciento del total mundial.
Sin embargo, el investigador y especialista en desinformación digital de la UNAM, Luis Ángel Hurtado Razo, advirtió que esta regulación podría repercutir en vez de impulsar la vacunación.
Admitió en entrevista con La Razón que podría sentar un precedente por un bien mayor, en referencia a salvar más vidas pues reduce el riesgo de enfermar de manera grave. Sin embargo, se retorna de nuevo al debate sobre el control de la información, un dilema ético, pues el factor principal está en quién evaluará qué es verdadero y qué es falso y con qué fines, pues sin una verificación transparente y con bases científicas “se diluye y lapida esta buena iniciativa”.
Esto, apuntó, depende de sí sólo compete a una firma como Google, propietaria de YouTube, o a sectores médicos, científicos, activistas, instituciones o sólo se recurrirá a algoritmos para borrar contenido considerado malicioso, por lo que Hurtado Razo reiteró que no es un proceso tan sencillo, pues detrás de esta autorregulación pueden existir otras intenciones o políticas internas.
Ante la cantidad de material que se sube a diario en la plataforma, precisó que suprimir esos videos es bueno para atenuar a los antivacunas, quienes se escudan con datos incompletos o casos de efectos secundarios graves para respaldar su agenda, justificando que hay un complot de las farmacéuticas para hacerse millonarios o que al censurar las advertencias de sufrir riesgos con las inyecciones se violenta su derecho a la información. Lo que abre la vía legal para que reclamen su libertad de expresión.
Acerca de los antivacunas dijo que tienen un gran historial y están acostumbrados a migrar, por lo que si avanza la censura pensarán “si me cierran el paso en YouTube, me voy a TikTok; si me cierran el paso en TikTok, me voy a Twitter, a Facebook, busco WhatsApp, Telegram, blogs o cualquier otro espacio”.
El experto recordó que una regulación con cintillos para advertir que la información no está corroborada, ya se intentó por parte de plataformas y en más de una veintena de naciones, lo que llevó a que varios gobiernos justificaran sanciones, multas y hasta prisión contra opositores.
Por ello, sostuvo que este intento de reglamentar videos, en una plataforma consultada más por jóvenes, será “como darle un golpe al panal de abejas, lo único que va a lograr es alborotarlas”.
Añadió que debería centrarse en mejorar la educación digital y erradicar la infodemia, como pidió la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que la sociedad sea capaz de distinguir entre fuentes verificadas y mitos e hipótesis absurdas, aunque admitió que cualquiera es susceptible ante la desinformación.
Y es que YouTube busca “apagar” a sectores que insisten en propagar información sobre que los fármacos causan autismo y defectos crónicos, son experimentos o no sirven para acabar con el virus, pues esto sólo genera más escepticismo y puede provocar rezago en los biológicos y un alza en los contagios.
Al respecto, el director de Confianza y Seguridad de YouTube, Matt Halprin, admitió que los intentos por desacreditar las dosis se registran en todo el mundo, tal es el caso de influencers que suben y replican videos o notas que hacen referencia a enfermedades derivadas de los biológicos o hasta la creencia de que contienen microchips.
RUSIA ALISTA REPRESALIAS. El Kremlin amagó con multar y cerrar YouTube luego del cierre de dos canales aliados por presuntamente incumplir las políticas de información sobre el Covid.
El Ministerio de Exteriores ruso calificó de “agresión informativa sin precedentes” el bloqueo contra dos sitios en alemán de la emisora RT; mientras que la editora en jefe del medio, Margarita Simoyan, amagó que se desataría una “guerra de medios” y se lanzó contra Alemania, al advertir que su canal DW podría ser vetado en territorio ruso.
En respuesta, YouTube sostuvo que se advirtió a dicho canal que infringió normas y en vez de corregir replicaron el video en otra cuenta.
- El dato: De acuerdo con la Escuela de Negocios de Barcelona (IEBS) decenas de jóvenes crean sus cuentas en estas plataformas sólo para interactuar con influencers o figuras públicas.