El expresidente francés Nicolas Sarkozy se enfrentó por segunda vez en el año a la justicia y nuevamente el fallo fue en su contra, acumulando otra sentencia de prisión domiciliar por financiamiento ilícito.
A más de seis meses de la primera condena por corrupción, que aún no cumple en espera de resolver una apelación, un juez lo sentenció al encierro en su vivienda al asegurar que el mandatario derechista sabía de las irregularidades financieras en su campaña de 2012, con la que buscó su reelección.
Con ello, el político que seguía en activo, e incluso publicó el libro Los tormentosos tiempos en 2020, suma dos años bajo esta medida cautelar a más de una década de dejar el cargo.
La Corte de París argumentó en el caso conocido como “Bygmalion” —derivado del nombre de la firma que organizó sus eventos proselitistas— que Sarkozy, quien esta vez no acudió al juicio para escuchar el veredicto, estaba al tanto de este financiamiento inadecuado.
Según las investigaciones y registros recabados de la misma campaña, su personal le notificó en al menos dos ocasiones que estaban muy cerca del límite legal de aportaciones, que es de 22.5 millones de euros (alrededor de 26 millones de dólares) y el político derechista ignoró dichas advertencias.
Incluso, en vez de pedir un freno en las recaudaciones, quien aún conserva gran liderazgo entre líderes y grupos conservadores insistió en sumar más eventos a sus actividades electorales, mismos que se convirtieron hasta en conciertos multitudinarios, en su afán de mantenerse en el poder otra gestión más, lo que llevó a Los Republicanos, su partido, a prácticamente duplicar la inversión permitida por las autoridades electorales, pues según los datos financieros en total recibió y usó a su favor 42.8 millones de euros (casi 50 millones de dólares).
Esto, luego de reconocer, según testigos, que su rival Francois Hollande, del Partido Socialista, quien lo derrotó y gobernó hasta 2017, le ganaba terreno.
Sólo pido que la ley sea la misma para mí que para cualquier ciudadano. No podemos ser castigados dos veces por los mismos hechos. Ésa es la razón por la que apeléNicolas Sarkozy, Expresidente de Francia
Las autoridades refieren que estas alertas se dieron a unas semanas de los comicios y no hay justificación en torno a que no se dieron cuenta, no hubo señales o llegaron a destiempo las presuntas advertencias como argumentaron, pues según el juez “Sarkozy era un candidato experimentado” y “sabía que no debía exceder el tope”, pues no era el primer proceso electoral que enfrentaba.
En los documentos también se detalla que Nicolas Sarkozy aprobó los mítines para impulsarse, pensando que lograría evadir la legislación francesa negando cualquier acto intencional de fraude.
Incluso, antes del veredicto se justificó al señalar que estaba muy ocupado dirigiendo una campaña como para entretenerse en temas financieros, delegando toda la responsabilidad en los encargados del área, pues confiaba plenamente en ellos. Además, pese a las reiteradas acusaciones, en su momento, ironizó los hechos cuestionando si lo imaginaban participando en una reunión para ver el costo de las banderas que iban a usar.
Sobre la sentencia, la Corte detalló que el derechista que ha continuado en la política nacional será monitoreado a través de un brazalete con rastreador GPS que tendrá en el tobillo.
Al respecto, en tono retador, los abogados de Sarkozy sostuvieron que tal condena “no será aplicable”, pues a petición de su cliente apelarán la decisión, siguiendo los pasos del proceso pasado.
Uno de los defensores, Thierry Herzog —quien también fue sentenciado como uno de los participantes en la red de tráfico de influencias junto al magistrado Gilbert Azibert—, adelantó que la sanción era previsible, ya que corresponde al máximo que enfrentaba; no obstante, rechazó que su cliente haya estado involucrado en esos “errores”.
Y Sarkozy refrendó su inocencia al rei-terar que su labor no era conocer a cabalidad los montos recaudados durante la campaña y que no puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos, de acuerdo con un pronunciamiento que compartió en redes sociales.
El exmandatario también demandó en redes sociales: “sólo pido que la ley sea la misma para mí que para cualquier otro ciudadano. Iré hasta el final en esta búsqueda”.
Cabe destacar que, originalmente la Fiscalía parisina pedía al menos seis meses de prisión y seis más con alguna medida cautelar, como libertad condicional, así como una multa de tres mil 750 euros (poco más de cuatro mil dólares).
Con esta doble sentencia el derechista de 66 años de edad es el primer exmandatario después de la era de guerra que es enviado a prisión, superando al único jefe de Estado con una sanción similar, su antecesor Jacques Chirac, hallado culpable por malversación de fondos, justo en la gestión de Sarkozy.
El primer juicio en su contra por presunta corrupción se resolvió a inicios de año cuando las autoridades evidenciaron que obtuvo información confidencial de manera ilegal acerca de casos judiciales en su contra y de aliados gracias a favores de jueces, aumentado su poder.
No obstante, su historia con la justicia sigue, pues existen acusaciones de que recibió sumas millonarias en su campaña previa de uno de los líderes mundiales, pues se sospecha que el exdictador libio Muammar Gaddafi lo patrocinó con varias maletas con dinero en efectivo.
- El dato: El dueño de la empresa que organizó los eventos multitudinarios del entonces presidente rindió declaración en el juicio por el techo del gasto el mismo día en que se reveló el veredicto.