La organización Human Rights Watch (HRW) denunció un plan de “brutal represión” deliberada por parte del gobierno de Cuba contra manifestantes pacíficos el pasado 11 de julio (#11J), por la que al menos 500 personas siguen detenidas y 67 de ellas ya fueron condenadas en juicios sumarios, a cargo de fiscales aliados al régimen.
Al cumplirse 100 días de las movilizaciones espontáneas, la organización que encabeza José Miguel Vivanco documentó la represión sistemática del régimen de Miguel Díaz-Canel contra ciudadanos por el delito de “protestar pacíficamente”, que en otras naciones es un derecho.
Pues se les han imputado diversas penas como “desorden público”, por las que pasarán varios meses en prisión, de acuerdo con la ley cubana.
Cuando miles de cubanos salieron a las calles en julio, el gobierno respondió desplegando una brutal estrategia de represión destinada a infundir miedo entre la población y reprimir el disensoJuan Pappier<br>Investigador de HRW
De acuerdo con el informe “Cuba: detenciones y abusos sistemáticos contra manifestantes pacíficos”, decenas de los detenidos, quienes se encuentran en arresto domiciliario de facto o en prisión, fueron sometidos a golpizas, vejaciones y abuso sexual, al ser obligados a desnudarse y hacer sentadillas en esas condiciones, así como ser sometidos a revisiones íntimas sin justificación de por medio, condiciones carcelarias malas y hasta incomunicación.
Además, las víctimas, que reconocen podrían ser más, han sido incomunicadas para evitar que denuncien estos hechos ante sus abogados o han sido amenazados con tomar represalias contra sus familiares.
Entre éstos hay varios menores de edad, según los datos recabados de estas protestas, y mientras los críticos se alistan para manifestarse nuevamente, ahora de manera más organizada tras la solicitud para marchar el próximo 15 de noviembre, misma que fue negada.
Usan a ciudadanos para golpear a disidentes
La organización sostuvo que aunque aunque la responsabilidad recae sobre el gobierno, éste usa a ciudadanos para detectar, golpear y detener a todo aquel que se muestre en contra de la revolución.
Sostuvo que aunque la mayoría de las golpizas fueron cometidas por policías y agentes de seguridad del Estado, en esta ocasión el gobierno recurrió a “brigadas de respuesta rápida” al dar poder a vecinos para someter a cualquiera que dé señales de disenso.
Además, el investigador Pappier recordó que desde ese día el mandatario mostró su fuerza brutal al convocar a los revolucionarios “a salir a las calles a defender la revolución” y catalogar como delincuentes a quienes están en su contra.
Única muerte, aún sin resolver
En su informe, la organización recriminó que mientras se actúa contra cientos de supuestos adversarios, quienes reclaman la falta de derechos, la escasez de comida y medicamentos al grito de “¡libertad!” y ¡patria y vida!”, aún no se dé con los responsables del único fallecimiento.
La única defunción reportada por el régimen fue la de un cantante de 36 años, identificado como Diubis Laurencio Tejeda, quien recibió un disparo por la espalda.
Sin embargo, aunque todo apunta a que fueron las fuerzas cubanas no hay una investigación para dar con el responsable, quien debe ser castigado.
EGC