Al menos 39 naciones, entre éstas 10 latinoamericanas, rechazaron el cuarto mandato consecutivo de Daniel Ortega en una elección ilegítima, mientras éste amarró un triunfo con 75 por ciento de la preferencia en Nicaragua, pese a que sólo votó 18 por ciento de la población, según la oposición, aunque el Consejo Supremo Electoral (CSE), controlado por el régimen, aseveró que participó 65 por ciento.
Estados Unidos, la Unión Europea —que engloba a 27 gobiernos—, Gran Bretaña, Costa Rica, Chile, Uruguay, Panamá, Ecuador, Colombia, Perú, El Salvador, Guatemala y República Dominicana, así como organismos como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI), condenaron la burla del sandinista.
Coincidieron que la jornada del #7N no fue ni democrática, ni libre y, mucho menos, justa, evidenciando el fraude de su cuarto mandato en fila. Por ello, desde diferentes latitudes impulsan acciones para recuperar la democracia que Ortega arrebató a la población, lo que incluye sanciones, bloqueos al régimen y medidas severas, pues el desconocimiento no basta; ejemplo de ello es que, pese a los llamados para liberar a los presos, siguen arrestados 39 opositores, entre ellos siete que competirían por la presidencia.
El gobierno de Joe Biden fue uno de los primeros en responder a la “pantomima” del orteguismo y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. Tras el resultado, que llegó hasta la madrugada de ayer, el secretario de Estado de EU, Antony Blinken, adelantó que evalúan más sanciones, pues es la respuesta para un país represivo que manipula elecciones, afirmando que sigue la diplomacia para lograr la rendición de Ortega y cómplices.
Por separado, el alto representante de Política Exterior del bloque europeo, Josep Borrell, quien advirtió la semana pasada de unos comicios fake, refirió que considerarán todos los instrumentos disponibles para poner fin al autoritarismo. E instó, por la vía diplomática, a liberar y anular los procedimientos judiciales contra los presos políticos.
A estas críticas se sumó Amnistía Internacional (AI) que alertó que esta reelección no es más que la representación de “un terrible ciclo para los derechos humanos”. La presidenta del organismo en América, Erika Guevara-Rosas, dijo que con este mandato extendido sólo se vaticina una grave impunidad, la perpetuación del orteguismo y que siga el exilio.
Mientras que expresidentes latinoamericanos demandaron a la OEA aplicar la Carta Democrática y suspender a Nicaragua del órgano. Bajo el lema “impidamos a Ortega consolidar su dictadura”, Fernando Cardoso (Brasil), Laura Chinchilla (Costa Rica), Ricardo Lagos (Chile) y Juan Manuel Santos (Colombia) urgieron a tomar acción tras un proceso ilegítimo para acabar con un Estado que acalla a críticos con la prisión.
En tanto, aliados como Rusia, Bolivia, Cuba, Irán y Venezuela aplaudieron el triunfo del sandinista; incluso, el chavista Nicolás Maduro se dijo defensor del país al sostener “Nicaragua tiene quien la quiera, quien la defienda”, un mensaje a Europa, pues su territorio aguarda una cita electoral este mes, que también podría ser desconocida por esa región.
Los pronunciamientos del exterior fueron los únicos que escuchó el régimen, ante los que la vocera Murillo resaltó el reconocimiento a un proceso con un alto nivel de participación, hecho que afirma constataron medios extranjeros, a los únicos a los que les permitió el ingreso, e hizo oídos sordos ante los reclamos.
En esta discusión, el régimen y la disidencia chocaron sobre el abstencionismo, pelea que mantuvieron en redes sociales con los hashtag #EleccionesSoberanas2021 y #YoNoBotoMiVoto. El observatorio Urnas Abiertas puntualizó que más de 80 por ciento de la población acató el llamado de vaciar las calles y, pese a este nivel de ausentismo y la evidencia fotográfica de centros de votación desolados, el CSE aseveró que sólo poco más de 30 por ciento no acudió, presumiendo que la fórmula Ortega-Murillo arrasó con 75 por ciento del voto, pues tuvo una amplia victoria en la que superó por cinco a su más cercano competidor, el Partido Liberal Constitucionalista, que apenas sumó 190 mil votos. Añadió que el partido de Ortega obtuvo 75 de las 90 diputaciones locales y 15 de las 20 regionales.
RECONOCEN A CRÍTICOS POR DESAFIARLO
Reporteros sin Fronteras (RSF) nominó al diario Confidencial, del exiliado Carlos Fernando Chamorro, al Premio 2021 a la Libertad de Prensa por su labor ante al acoso del régimen.
Un día después de la cuestionada elección, se difundió la lista de nominados y este medio, al que consideran uno de los pocos independientes que resiste en esta nación, disputa el reconocimiento en la categoría Premio al Coraje.
Resaltó que este diario ha sobrevivido a las amenazas como el último allanamiento de mayo pasado, meses antes de la aprehensión de los hermanos del director, Cristiana y Pedro Joaquín, quienes aspiraban a la presidencia. Y agregó que en esta embestida capturaron a reporteros que cubrieron la toma de la redacción sólo por ser contrarios al oficialismo.
