Un pingüino Adelia de la Antártida fue hallado, hambriento y deshidratado, en Nueva Zelanda. El animal terminó perdido muy lejos de casa por viajar en busca de alimento.
Lugareños de un pequeño asentamiento en la Isla del Sur, vieron al pingüino y pidieron la ayuda de un veterinario que decidió que solo necesitaba líquido y un batido de pescado.
Se trata del tercer pingüino Adelia que llega vivo a este país, pero estos sucesos no son casuales, sino producto de las amenazas que enfrentan por el calentamiento de las aguas.
El pingüino estaba en peligro de ser atacado por perros
Los peces buscan aguas frías más profundas y las demás especies luchan por encontrar alimentos, además de que “compiten” con empresas pesqueras por la comida.
Pingu, como lo llamaron en Nueva Zelanda, no quería entrar al agua de nuevo, y corría riesgo de ser atacado por perros, por lo que fue llevado a una bahía en la península de Banks, desde donde puede hacer un viaje para regresar a casa.
Aunque se mencionó la idea de llevarlo a su hogar en un vehículo de la fuerza aérea, el Departamento de Conservación dijo que no era factible.
Señal de advertencia de un fuerte problema en el mar
Los cambios en el comportamiento de estos animales, de acuerdo con especialistas, son una señal de advertencia sobre el peligro en el que está el ecosistema del mar.
La NASA informó que en las áreas de la Antártida donde hay calentamiento, las poblaciones de Adelia están bajando y se espera que la situación empeore en los siguientes 40 años.
En 2017 una colonia de 40 mil pingüinos de esta especie, sufrió una tragedia pues todos los polluelos a excepción de dos murieron de hambre.
AHM