Estados Unidos y exiliados cubanos demandaron al régimen libertad para la movilización pacífica de hoy, ante la negativa de protestar este #15N; en tanto, el gobierno de Miguel Díaz-Canel ya desplegó a las llamadas boinas negras y acorrala a sus opositores.
Aunque el gobierno de Joe Biden reconoce que en La Habana los líderes han dejado en claro que no escucharán a su pueblo, reiteró el llamado a no responder con censura, como ocurrió en julio pasado cuando cientos de arrestos.
“Pedimos al gobierno cubano que les permita hacer uso de sus voces sin temor a represalias”, externó a través de la embajada. Dicho reclamo fue respaldado por el secretario de Estado de EU, Antony Blinken, quien resaltó la valentía de la disidencia, y celebró el coraje de quienes salen a marchar.
En tanto, el régimen realizó ayer una protesta para mostrar al mundo que “Cuba va a vivir en paz y nos vamos a perfeccionar”. En las cuentas oficiales de la Presidencia se compartieron imágenes del mandatario en la Sentada de Pañuelos Rojos, que se extendió por 48 horas. En éstas, replicadas con el
hashtag #CubaViveyAbraza, se observa al mandatario en primera fila con simpatizantes, evento en el que ironizó sobre el reclamo de críticos al señalar “si este pueblo está reprimido, la verdad es que lo disimula muy bien”.
En tanto, el disidente Yunior García denunció el bloqueo de simpatizantes y aliados del régimen, como policías vestidos de civil, afuera de su casa para impedir que realizara su caminata.
“Mi casa está bloqueada”, escribió en un cartel que colgó en su ventana para exponer ante la prensa sobre el acoso que vive en su vivienda; sin embargo, ni él pudo salir ni los periodistas acercarse.
Por ello, recurrió por primera vez a una transmisión en redes sociales para advertir sobre un cerco y, aunque dijo que en la isla ya no sorprende que el régimen mande de civil a las fuerzas del orden para vigilarlo, recriminó que le negaron su derecho. Mientras que organizaciones calificaron de inhumano lo acontecido.