La Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa alertó que esta región podría sumar hasta 700 mil muertes a causa de COVID-19 ante la cuarta ola, por la que Alemania reporta hospitales saturados y récords de contagios, mientras que Austria comenzó esta semana un nuevo confinamiento.
El director regional, Hans Kluge, refirió que sin un cambio en la situación actual alcanzarán en seis meses los 2.2 millones de fallecimientos entre más de 50 naciones.
La Comisión Europea ya analiza elevar a tres dosis el esquema de vacunación completa afirmando que cuenta con fármacos de reserva para atenuar la “pandemia de los no vacunados”, pues algunos gobiernos aliados están por debajo del promedio mundial en protección pandémica.
Pese a las estimaciones alarmantes, aseveró que aún hay tiempo de modificar la situación en medio de esta nueva oleada, pues sólo con retomar el uso de cubrebocas evitaría hasta 160 mil de las muertes previstas para dentro de seis meses, por lo que insistió en tomar las dosis para salvar vidas.
Agregó que para este invierno prevén condiciones críticas en la mayoría de hospitales, por el incremento de casos graves, especialmente entre personas renuentes a la inmunización.
Alertan por factores de riesgo
El representante sanitario Hans Kluge refirió que hay tres grandes temas a tratar urgentemente para revertir la situación, que los sitúa varios meses atrás en la lucha.
El más grave, consideró, es la variante Delta, ya que pese a las alertas tempranas ésta se mantiene como la dominante en la región; mientras que los otros dos son el retiro de medidas sanitarias y los bajos niveles de inmunización, mismos que dan cuenta de nuevos máximos históricos por la falta de protección.
En torno a las restricciones, destacan las recientes protestas en regiones como Bélgica y Países Bajos que rechazan la imposición de la obligatoriedad de las vacunas o el llamado pase verde.
Además, ante la situación crítica algunos países analizan seguir los pasos de Austria, primera nación en imponer un nuevo confinamiento, pues Alemania advierte que es inminente el cierre y en Eslovaquia analizan esta alternativa ante el riesgo de rebasar la ocupación hospitalaria, aislamiento que estiman podría durar máximo tres semanas.
KEFS
