Ante la vacunación contra COVID-19, es común que algunas personas tengan temor o ansiedad para aplicarse la dosis, sobre todo los más pequeños. Por eso el trabajo de Ollie, un perrito de raza goldendoodle, es ayudar a los menores a distraerse mientras se inoculan contra el virus.
Ollie forma parte de un grupo de 14 perros de terapia que ayudan a los infantes a vacunarse contra COVID-19 en el Rady Children's Hospital, ubicado en San Diego, California. A través su compañía y dejándose acariciar, los lomitos ayudan a reducir el miedo a las agujas que pueden sentir algunos menores.
Este programa de terapia canina ha apoyado a los chicos de 5 a 11 años desde que se aprobó la vacunación contra COVID-19 para los menores de ese rango de edad en Estados Unidos.
A partir de entonces las responsabilides de Ollie y sus compañeros caninos han aumentado, pues antes su principal labor era ser de ayuda emocional para los pacientes de oncología pediátrica.
"Me ayudó porque nunca antes me había puesto la vacuna contra COVID-19 y no sabía cómo se sentía. Pero cuando vi al perro, me ayudó a calmarme", dijo Avery Smith, de 9 años, a Reuters.
Al respecto, la dueña de Ollie y voluntaria de terapia canina, Ktristin Gist, aseguró que los perritos no sólo reconfortan a los niños, sino que también pueden ser de ayuda para los padres: "Realmente pueden abrazar al perro y sentirse mejor también", afirmó.
Ollie forma parte del Proograma de Terapia Canina PetSmart Paws for Hope dirigido a menores de 5 a 11 años, quienes se resisten a la vacuna por miedo a que les duela mientras que, en Estados Unidos, un elevado número de adultos deciden no aplicarse la dosis por desconfianza.
RFH