La suspensión de vuelos ante la variante Ómicron de Covid-19 no evitó que ésta se alojara en los cinco continentes, luego de que 13 naciones confirmaran personas infectadas con esta mutación en menos de una semana, hecho por el que el G-7 ya urgió a una reunión de emergencia y Sudáfrica y la Organización Mundial de la Salud (OMS) piden detener los vetos para no afectar la economía regional.
La última región que confirmó su presencia fue América, pues ayer Canadá, a casi tres semanas de la reapertura de su frontera terrestre con Estados Unidos, notificó que dos viajeros procedentes de África dieron positivo a esta mutación. Sin embargo, la nación de la que arribaron a la ciudad de Ontario no es ninguna de las siete con las que restringió los vuelos el pasado 26 de noviembre, pues éstos llegaron de Nigeria, no de Sudáfrica, Botswana, Mozambique, Namibia, Zimbabwe, Lesoto o Eswatini.
Sin detallar la fecha del viaje o su estancia en la región, la ministra de Salud, Christine Elliot, indicó que ambos pacientes ya están aislados y rastrean a los posibles contactos que tuvieron durante el viaje y el tiempo que llevan de regreso en Canadá, pues no descartan que haya más casos, en medio de las alertas que han obligado a varios países a retomar restricciones. No obstante, la OMS reiteró que aún no hay información clara de esta cepa multimutante “de preocupación”, pues siguen las investigaciones de parte del Grupo de Asesoramiento Técnico sobre Evolución del Virus para determinar qué tan transmisible es en comparación con otras como la Delta, la dominante a tres años de detectar el SARS-CoV-2, o si reduce la efectividad de las dosis.
En tanto, en Europa aumentan las alertas, ya que en medio de su nueva ola por los no vacunados se ubican como la región con más países en extrema vigilancia por Ómicron, ya que hasta el cierre de esta edición siete territorios reportan entre uno y hasta 16 contagios; mientras que África y Asia tienen dos naciones afectadas y Oceanía, sólo uno.
Éstos son Alemania, Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca, Italia, Países Bajos y República Checa, todos de personas que regresaron de África, reflejando que el rastreo o cierre no fue la solución, ya sea por tardío o porque no fue con la debida precaución en la materia.
Por ello, el gobierno británico, que ya retomó el uso de cubrebocas obligatorio en lugares públicos y otras restricciones, cambió de postura y cerró el paso a quienes viajen desde África.
Horas después, como presidente del G-7 convocó a las potencias aliadas a reunirse de emergencia hoy para coordinar un plan de contención, pues el virus amenaza con causar más confinamientos, cuando tres gobiernos ya se aislaron o lo harán a partir de 2022. Con la mitad de los integrantes del G-7 con afectados, insiste en evaluar la emergencia, pues sus aliados Francia y Estados Unidos también siguen el rastro de casos sospechosos. En la primera nación admiten que es “cuestión de horas” para que se reporten infecciones por Ómicron. Y en EU, el principal asesor epidemiológico de la Casa Blanca, Antony Fauci, sostiene que probablemente ese virus ya circule en la zona, pero no se haya detectado, lo que pone en duda cuántos países más tendrán casos sin identificarlos.
Con el endurecimiento de restricciones, líderes de África y la OMS advirtieron que no hay motivo para estos cierres como los impuestos por EU, la Unión Europea (UE), Japón, Israel, Brasil y Australia, entre otros, desatando la molestia de quienes exigen mejor aumentar la ayuda a un continente en el que el promedio de población completamente inoculada es de apenas 10 por ciento y hay varias regiones que no superan ni el cinco por ciento, incluso contando a quienes ya tienen al menos una dosis anti-Covid.
El mandatario sudafricano, Cyril Ramaphosa, urgió a detener los bloqueos “total y absolutamente injustificados”, al advertir que esta decisión va en contra del compromiso de reanudar vuelos con la región con mayor retraso en la recuperación económica.
Por separado, la presidenta de la Asociación Médica del país que suma dos cepas originarias, Angelique Coetzee, dijo que estas medidas reflejan un “pánico” exagerado, pese a que los síntomas son más débiles en comparación con otras variantes, pues sus positivos presentan fatiga, dolor muscular y tos seca.
Asimismo, recriminó que con estos controles se “impone una pesada carga en las vidas y en los medios de vida” en África. Y es que no sólo se han cancelado vuelos, sino también eventos mundiales como la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se realizaría la próxima semana en Suiza al reconocer que los cierres y restricción de viaje afectarán su organización, ya que el anfitrión suspendió los viajes y coincidieron que “es mejor ir a lo seguro”.
Al respaldo se sumó la OMS regional, cuya directora, Marshidiso Moeti, alertó que este cerrojo solamente contra África “es un ataque a la solidaridad global”, al poner un pesado lastre al continente con difícil acceso a vacunas para erradicar el virus. Y reiteró el llamado a levantar las restricciones, al afirmar que para contener este virus no se requieren medidas intensivas o intrusivas sino acciones basadas en la ciencia.