Una disputa europea abrió nuevas tensiones entre Estados Unidos y Rusia, pues ante una potencial invasión de Ucrania, el presidente Joe Biden advirtió a su homólogo Vladimir Putin que si no quiere “medidas económicas fuertes” debe de-sescalar la presión.
El demócrata aprovechó una videollamada, que Rusia veía con pesimismo, para exponer severas preocupaciones en torno al asedio en la frontera, con el reforzamiento de 90 mil soldados, aunque alertan que podrían ser hasta 175 mil y es que según labores de inteligencia esta presencia va al alza, detectada incluso con apoyo satelital, y calculan que en un mes ese riesgo se convierta en un conflicto armado.
Todo apuntaba a que la situación se centraría en la polémica denunciada por el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, y así lo confirmó la Casa Blanca al adelantar su posicionamiento al de Rusia. Tras poco más de dos horas de conversación, aseveró que le hizo saber a su homólogo que cualquier invasión o violación a la soberanía será castigada, pues no aceptará líneas rojas, pues una guerra jamás es la solución, como se lo hizo saber desde junio pasado en su primer cara a cara en Ginebra.
En un comunicado, EU refirió que instó al líder del Kremlin a retornar a la vía diplomática, tema en el que afirma cuenta con el respaldo de socios de la Unión Europea (UE). Y acotó que la vía militar no resolverá un conflicto que puede ser llevado a la mesa, por lo que reiteró que si aumenta la presión, dará total apoyo a Zelenski, quien ratificó las acusaciones contra el presunto “invasor” detallando que desplegó más tanques y francotiradores en su contra.
Aunque no adelantaron las sanciones, medios y funcionarios indicaron que implicarían obstaculizar el gasoducto Nord Stream 2, restricciones a aliados de Putin —incluido el Fondo de Inversión Directa de ese país— y acotar a sus bancos. El primer escenario lo confirmó el asesor de seguridad nacional de EU, Jake Sullivan, al sostener que si Putin quiere que fluya el gas por el fondo del mar Báltico no puede arriesgarse a actuar contra Ucrania; mientras que otras fuentes dijeron que la banca rusa podría sufrir las consecuencias de desatender el llamado internacional desconectándolas del sistema de transferencias, hecho que el principal banco ruso tachó de “absurdo”, alegando no hay tales alcances.
En respuesta, Putin se deslindó de las acusaciones y sostuvo que no cargará con el peso que buscan imputarle ante los intentos colonizadores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que, justificando apoyo a Ucrania para recuperar Crimea, acecha sus fronteras con una clara intención de “militarizar” la zona.
Por ello, pidió garantías “fiables y jurídicamente vinculantes” sin hacer promesas en la materia, dejando entrever que un freno al organismo será un signo de respeto ala soberanía ucraniana.
Asimismo, denunció que el único responsable es el involucrado que no participó en el diálogo, pues insistió que Kiev detonó esta situación al desafiar los acuerdos de Minsk, aunque evitó pronunciarse en torno al respaldo que dio a separatistas cuando la anexión de Crimea en 2014, misma que la comunidad internacional exige devolver.
Pese a esta nueva polémica, se reveló que ambos gobiernos acordaron dar seguimiento al tema para determinar si se alcanza una solución o se endurecerán aún más las posturas.
Casi a la par de estas discusiones se informó que en el presupuesto de Estados Unidos hay un monto de hasta 300 millones de dólares de respaldo para apoyar a ese país, en caso de ser necesario, de acuerdo con datos del Departamento de Defensa. Y horas después el titular de éste, Lloyd Austin, resaltó que en la renovación del sector reforzarán lazos con sus socios y “vamos a utilizar todos los instrumentos del poder nacional, no siempre los militares. En todos los casos, vamos a liderar con la diplomacia”, lo que coincide con las declaraciones de Biden. Al ser cuestionado sobre las recientes acciones contra Rusia y China refirió que cualquier intento del primero de desestabilizar Ucrania “será realmente un mal movimiento”, por lo que el gobierno de Zelenski recibirá ayuda material y de asesoría para impedir una violencia similar a la de 2014, con la invasión previa.
- El dato: Tras la reunión la líder del Consejo Europeo, Ursula von der Leyen, puntualizó que la región también prepara una lista de medidas por la invasión rusa un aliado.
En otro frente, China le responde: pagarán boicot olímpico
China advirtió que Estados Unidos “pagará el precio” por el boicot a los Juegos Olímpicos de Invierno 2022 acusando que recurre de nuevo a la manipulación y rumores para atacar a un socio.
Por segundo día consecutivo el vocero de Exteriores asiático, Zhao Lijian, recriminó la medida y aseveró que, aunque el plan es dañarlos, lo único que erosionará será su credibilidad; hecho que se contradice con la confirmación de Australia y Nueva Zelanda —que lo justifica por el Covid— de no enviar funcionarios a la justa deportiva, mientras que en Europa analizan replicar esta medida, de acuerdo con el presidente francés, Emmanuel Macron.
Asimismo, criticó la postura de Joe Biden al inmiscuir asuntos políticos en un evento mundial del que es anfitrión y refirió que ya presentó su protesta oficial a Washington, pues esas represalias sólo revelan sus siniestras intenciones; mientras que el Gobierno dijo que pensaba no invitar a políticos de ese país y algunos medios ironizaron que así el gobierno de Xi Jinping se evita el riesgo de un alza de infecciones, con menos visitantes.
Pese a que varios gobiernos dijeron que podrían no acompañar a sus delegaciones deportivas, Rusia —también en disputa con EU— respaldó a China al señalar que una acción de este tipo sólo fractura una competencia de carácter mundial.
En tanto, el Comité Olímpico Internacional (COI) evitó pronunciarse en favor de alguno de los gobiernos enfrentados y refirió que la decisión compete a cada gobierno.