Chloe Girardier, una joven de Reino Unido de 23 años, recibió un diagnóstico erróneo cuando la tos que padeció durante cinco meses fue atribuida a los síntomas provocados por COVID-19.
La joven tenía tos y pensó que sufría un resfriado. Al paso de las semanas la tos aumentó y ella buscó ayuda profesional, pero ningún médico la atendió en persona; ”Me dijeron que no era elegible para una cita urgente porque sólo tenía una tos”.
Fue atendida a distancia y le recetaron antibióticos, tabletas para controlar el reflujo e inhaladores, pero este tratamiento no mejoró su condición.
"Todavía existen otras enfermedades"
Chloe comenzó a perder peso, por lo que acudió a otras siete consultas y exigió que le realizaran diferentes estudios para dar con la causa de sus problemas de salud.
Hubo varias veces que la gente me preguntó si me había hecho la prueba de COVID-19. Fue frustrante porque todavía existen otras enfermedades y la tos no es solo un signo de coronavirusChloe Girardier
Una radiografía del tórax les reveló a los médicos que tenía una masa en el pecho, lo que podría ser signo de cáncer. Finalmente, la joven fue diagnosticada con linfoma de Hodgkin y le programaron quimioterapias.
Médicos se confiaron porque es joven y 'por la tos'
Girardier presentará una queja contra los primeros médicos y especialistas que la atendieron, pues dice, se confiaron por su edad y los síntomas que presentaba.
No puedo creer que no se haya investigado más. Si no hubiera presionado para la radiografía de tórax, es posible que aún no tuviera un diagnósticoChloe Girardier
Chloe recientemente compró una vivienda junto con su pareja, y explica que hubiera sido importante enterarse de que padece cáncer antes de realizar dicha inversión.
AHM