Este domingo, durante una cumbre convocada por la Organización de Cooperación Islámica en Islamabad, diversos oradores advirtieron sobre las posibles consecuencias que el colapso económico de Afganistán podría tener en la región y en el mundo.
El ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Shah Mahmood Qureshi, señaló que sin ayuda inmediata, "Afganistán seguramente colapsará"; añadiendo que provocaría "consecuencias horrendas", no sólo en las vidas afganas perdidas por el hambre y las enfermedades, pues sin duda, esto terminaría provocando un éxodo masivo de afganos.
De esta manera, predijo que el caos se propagaría, permitiendo que florecieran el terrorismo y el narcotráfico. Por su parte, Martin Griffiths, subsecretario de la ONU para asuntos humanitarios y coordinador de ayuda de emergencia, advirtió que Afganistán no sobrevivirá sólo con donaciones.
Esto en atención a que los precios se continúan disparando y las familias simplemente no tienen dinero en efectivo para las compras diarias como alimentos y combustible. De hecho, el costo del combustible ha aumentado alrededor de un 40 por ciento y la mayoría de las familias gastan el 80 por ciento de su dinero en la compra de alimentos.
Por ello, instó a los países donantes a mostrar flexibilidad, permitiendo que su dinero pague los salarios de los trabajadores del sector público y apoye a los "servicios básicos como salud, educación, electricidad y medios de vida, para permitir que el pueblo de Afganistán tenga alguna oportunidad de pasar este invierno y algo de estímulo para quedarse en casa con sus familias ".
“La pobreza universal puede llegar al 97 por ciento de la población de Afganistán; ese podría ser el próximo hito sombrío (...) Dentro de un año, el 30 por ciento del PIB de Afganistán podría perderse por completo, mientras que el desempleo masculino podría duplicarse al 29 por ciento".Martin Griffiths
En la reunión concurrieron decenas de ministros de Relaciones Exteriores de países islámicos con los representantes especiales en Afganistán de las principales potencias, incluidas China, Estados Unidos y Rusia.
También participó el presidente del Banco Islámico de Desarrollo, Muhammad Sulaiman Al Jasser, quien ofreció varias propuestas concretas de financiamiento, entre las que destacan la administración de fideicomisos que podrían usarse para mover dinero a Afganistán y planes para el impulso de negocios.
EASZ