"Pagaba la comida, la ropa"

Entre tarjeta de crédito y préstamos para pagarla, mujer debe 147 mil dólares

"Como no terminaba de pagar, pedía otro préstamo para cubrir el anterior"

Mujer termina con deuda de más de 140 mil dólares tras aceptar tarjeta de crédito y préstamos para pagarla Foto: Especial/Ilustrativa

Una mujer adquirió una tarjeta de crédito hace 10 años y ahora está envuelta en una impresionante deuda de más de 147 mil dólares de la que no puede escapar, en Vigo, Galicia (España).

Un agente de Citibank visitó la oficina de la mujer y les ofreció a los empleados una tarjeta bancaria sin gastos de renovación para “hacer frente a imprevistos y compras”. “No lees la letra pequeña y piensas: ‘si me viene un imprevisto, puedo pagar poco a poco’”, dijo la mujer, identificada simplemente como S.P.M.,

Con el tiempo, esa tarjeta se convirtió en una del banco Wizing, del tipo ‘revolving’ (tarjetas que permiten pagar las compras a plazos, pero con altísimos intereses). El límite que tenía para gastar era de 6 mil euros (unos 6 mil 790 dólares) y la cuota mensual de 60 euros (unos 67 dólares). Pero después de un tiempo, la mujer ya no podía pagar la cuota y la bajó a 18 euros (20 dólares).

Aceptó préstamos y terminó con mayor deuda

Me metí en una bola y estoy en quiebra. Yo usaba la tarjeta simplemente para vivir, para pagar la comida, la ropa
S.P.M.

“Como no terminaba de pagar, pedía otro préstamo para cubrir el anterior, y así vi que nunca acababa de saldar la deuda que iba subiendo. Ahora tengo un agujero de 130 mil 700 euros (147 mil dólares)”, contó a La voz de Galicia, como recoge La República.

Tanta fue su desesperación, que la mujer llegó a firmar 31 contratos con 16 entidades financieras que le ofrecieron “préstamos fáciles” e, incluso, aseguran que han pre-otorgado un crédito. “Y tú te lo crees y dices que sí y piensas que vas a poner en orden las cosas”, afirma la mujer.

No tiene propiedades para embargar 

En 2019, cuando S.P.M. dejó de pagar a los bancos, las deudas la bombardearon con decenas de llamadas telefónicas al día. “De ocho de la mañana a diez de la noche me llamaban continuamente, y me presionaban. En un día llegué a tener 75 llamadas. Ellos no atienden a razones y te presionan para que pagues”, sostiene.

En este caso, a ella no le pudieron embargar propiedades, porque no las tiene. “No tengo ni coche ni departamento propio”, finaliza. Eso sí, no pierde la esperanza de que, con la ayuda de una abogada, el 2022 se convierta en el año de su recuperación económica.

AHM

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