A sólo unas horas del nombramiento de Roberta Metsola como presidenta del Parlamento Europeo las dudas sobre su perfil antiaborto superaron las felicitaciones por ser la mujer más joven que asume tal cargo.
Aunque muchos destacaron la importancia de que una mujer tome la batuta de la Eurocámara otros sectores, como los de izquierda y verdes, cuestionaron si privilegiará su visión sobre el consenso al recodar que la originaria de Malta se conocida como antiaborto y antifeminista, lo que representa un revés para esos derechos.
Incluso, algunos legisladores advirtieron sobre su postura al señalar que aún hay países en la región que buscan garantizar el derecho a interrumpir el embarazo, como el caso de Polonia, mientras que en su nación está prohibido el aborto, pues desde que se integró a la Unión Europea hace casi dos décadas rechazó sumarse a la política regional.
Sin embargo, consideran que hará valer el voto popular, pues no es del sector más conservador en el Parlamento, lo que, a su vez, podría abrirle las puertas incluso en su nación para postularse posiblemente a las elecciones presidenciales, pues en su trayectoria destaca también la lucha contra la corrupción y en favor de la libertad de prensa, algo que aqueja a algunos gobiernos del bloque.
Al asumir el cargo en sustitución de David Sassoli, quien falleció la semana pasada, Metsola llamó a los parlamentarios a motivar a los jóvenes y a los escépticos a creer en una Europa mejor, adelantando que busca renovar la cara de la Eurocámara, hecho que ya logró desde el primer día, pues es la tercera mujer que asume el mayor cargo del sector, pero la primera maltesa en hacerlo con apenas 43 años, justo en su cumpleaños, y luego de tres intentos, pues ya había buscado este puesto anteriormente.
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