Pese al nulo avance en las negociaciones, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ofreció a Rusia reanudar las conversaciones y evitar un punto muerto en torno a las tensiones en Ucrania, en la antesala de un nuevo diálogo entre el Kremlin y Estados Unidos.
Luego de las advertencias de inteligencia de que una agresión rusa es inminente, el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, reiteró que hay disposición para escuchar las preocupaciones del gobierno de Vladimir Putin para aligerar la situación y reducir toda posibilidad de conflicto en torno a la seguridad de Ucrania y Europa, pues el diálogo se hace más importante ante el aumento y acumulación de tensiones.
“Los aliados (del organismo) están listos para fortalecer las líneas de comunicación civiles y militares”, afirmó al recordar que cada diálogo busca despejar dudas y eliminar cualquier amenaza, mientras Rusia marcha a su propio ritmo, pues un día antes desplegó más tropas en la frontera con Bielorrusia, elevando las alarmas en la Unión Europea (UE).
La prioridad sigue siendo evitar “un ataque militar contra Ucrania”, sostuvo el líder tras un encuentro con el canciller alemán, Olaf Scholz, quien hace unas semanas advirtió que cualquier intrusión rusa podría provocar el cierre del gasoducto Nord Stream 2. Y es que mandatarios de la región están a la expectativa de minimizar los riesgos, pues pronostican que en un mes se podría dar una agresión y a la vez temen que los supuestos ejercicios militares junto a Bielorrusia se conviertan en una estrategia para intimidar o atacar a su socio.
Concluyó que, aunque todo apunta a un acuerdo constructivo que proteja a Ucrania, el mensaje es claro si Rusia decide otra vez usar la fuerza contra Ucrania, como en 2004 cuando se anexó Crimea, “tendrá que pagar el elevado precio”, reiterando que alistan sanciones, principalmente en materia económica.
Incluso, puntualizó que sólo con un plan por escrito, que garantice el total compromiso de Rusia de no agresión, darán paso a la desescalada y garantizó el apoyo de los 30 miembros de la OTAN a la gestión de Volodimir Zelenski.
En tanto, autoridades rusas insistieron en que persiste la desinformación para señalarlos de provocadores luego de que se difundieran versiones de que Rusia retiró a su representación diplomática de Kiev, como si se anticipara a una agresión, hecho del que culpó a las potencias de Occidente.
Con estas diferencias, el gobierno de Joe Biden espera sumar esfuerzos a la desescalada esta misma semana, pues el próximo 21 de enero el secretario de Estado de EU, Antony Blinken, se reunirá con el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, en busca de alcanzar un acuerdo final tras varios acercamientos en las últimas semanas; incluso en una llamada telefónica refrendó la importancia de retomar “la senda diplomática”.
Previo a la cita pactada en Ginebra, el representante de Biden dialogará con el mandatario ucraniano en busca de
definir los puntos estratégicos o compromisos que pedirán a Rusia en el nuevo intento de lograr la desescalada en aras de la estabilidad mundial.