Vladimir Putin logró el apoyo de China en los principales temas que avivan la crisis ucraniana y enfrentan a Rusia con los países occidentales, mientras se intensifican los esfuerzos diplomáticos europeos para evitar un conflicto.
Con motivo del encuentro entre el presidente ruso y su homólogo chino, Xi Jinping, en Pekín, los dos países publicaron una declaración conjunta criticando la influencia estadounidense y el papel “desestabilizador” de las alianzas militares occidentales, comenzando por la OTAN, en Europa y en Asia.
Rusia y China se opusieron “a cualquier ampliación futura” de la Alianza Atlántica, retomando la exigencia de Moscú para lograr calmar la tensión con los países occidentales por Ucrania.
“Algunas fuerzas que representan una minoría en la escena mundial siguen promoviendo enfoques unilaterales a la solución de problemas internacionales y recurren a las medidas militares”, dice el comunicado en una referencia velada a Estados Unidos y sus aliados.
Xi dijo a Putin que ambas naciones se comprometen a “profundizar la cooperación estratégica mutua. Ante una situación internacional compleja y en evolución, se apoyan con fuerza al enfrentar amenazas regionales de seguridad y la estabilidad estratégica internacional”.
Rusia ha desplegado decenas de miles de soldados en la frontera con su país vecino desde hace meses, lo que para los occidentales es una muestra clara de que hay un plan militar inminente, aunque Moscú lo desmiente y se dice amenazada por la OTAN, a la que pide que no se amplíe, y por tanto, que no incluya a Ucrania y se retire de la zona del este de Europa, demandas que son inaceptables para Occidente.
(Ambas partes) se comprometen a profundizar la cooperación estratégica mutua. Ante una situación internacional compleja y en evolución, se apoyan con fuerza al enfrentar amenazas regionales de seguridad y la estabilidad estratégica internacionalRusia y China, Declaración conjunta
Desde Pekín, poco antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno en la capital china, Putin aseguró que las relaciones con China viven un momento “sin precedente”.
Los dos países también defendieron este viernes la idea de “indivisibilidad de la seguridad”, en la que se basa Moscú para pedir que la OTAN salga de su zona, argumentando que la seguridad de unos no se puede lograr en detrimento de la seguridad de otros, pero olvidando el derecho de cada Estado, y por tanto de Ucrania, a elegir a sus aliados.
Los dos países también denunciaron la “influencia negativa de Estados Unidos para la paz y la estabilidad de la región Asia-Pacífico”. Específicamente, mostraron su “preocupación” por la creación, en 2021, de la alianza militar entre EU, Reino Unido y Australia, conocida como AUKUS.
En este contexto, Europa acelera su diplomacia: ayer se confirmó la visita a Moscú del presidente francés, Emmanuel Macron, el próximo lunes, y del canciller alemán, Olaf Scholz, el 15 de febrero. Los dos líderes europeos también viajarán a Kiev, el 8 y el 14 febrero, respectivamente. Francia y Alemania fueron los mediadores del conflicto entre Ucrania y los separatistas prorrusos apoyados por Moscú.
Dirigiéndose también a Estados Unidos, el Kremlin pidió el viernes que no se dé crédito a acusaciones formuladas el jueves desde Washington, según las cuales Rusia estaría preparando un video de un ataque ficticio de parte de Ucrania para justificar una invasión.