El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que Moscú está listo para conversaciones de seguridad con Estados Unidos y la OTAN, luego de que el ejército ruso anunciara una retirada parcial de las tropas de los simulacros cerca de Ucrania.
Putin dijo que no quiere la guerra y pidió discusiones "pacíficas" sobre el intento de Ucrania de unirse a la OTAN, que Moscú considera una gran amenaza. Las propuestas de Rusia ofrecieron un posible nuevo impulso a los esfuerzos diplomáticos para aliviar las peores tensiones Este-Oeste en décadas, que han puesto a Europa nerviosa y sacudido a los mercados globales.
Los temores de una invasión crecieron después de que Rusia concentrara más de 130.000 soldados cerca de Ucrania en las últimas semanas y meses. Rusia niega tener tales planes. Mientras tanto, Estados Unidos y otros aliados de la OTAN han trasladado tropas y suministros militares hacia el flanco occidental de Ucrania para apuntalar a los gobiernos locales, aunque no para enfrentarse a las fuerzas rusas.
Estados Unidos y la OTAN rechazaron la demanda de Moscú de mantener a Ucrania y otras naciones exsoviéticas fuera de la alianza, detener los despliegues de armas cerca de las fronteras rusas y hacer retroceder las fuerzas de Europa del Este. Pero las potencias occidentales acordaron discutir otras medidas de seguridad que Rusia había propuesto previamente.
Putin dijo que Rusia está lista para entablar conversaciones sobre la limitación del despliegue de misiles de alcance intermedio en Europa, la transparencia de los simulacros y otras medidas de fomento de la confianza. Pero enfatizó la necesidad de que Occidente preste atención a las principales demandas de Rusia.
Cuando se le preguntó si podría haber una guerra en Europa, Putin dijo que Rusia no la quiere. Reafirmó que la oferta de Ucrania para unirse a la OTAN representa una gran amenaza para la seguridad de Rusia, y agregó que Moscú no se verá apaciguado por las garantías occidentales de que Ucrania no podrá unirse a la alianza en el corto plazo.
El anuncio de la retirada de las tropas rusas impulsó a los mercados financieros mundiales y al sufrido rublo tras semanas de escalada. Se produjo un día después de que el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, indicara que el país estaba listo para seguir hablando sobre los problemas de seguridad que llevaron a la crisis de Ucrania, un gesto que cambió el tenor después de semanas de tensiones.
avc