Estados Unidos y Gran Bretaña elevan la presión contra Rusia por la guerra en Ucrania al prohibir las importaciones energéticas y cerrar el paso a su petróleo, gas y carbón, plan que reconoció el presidente Volodimir Zelenski, mientras que el gobierno de Vladimir Putin insiste en responder a cada acto “no amistoso” y ya bloqueó exportaciones.
Joe Biden, presidente estadounidense, fue firme en la materia al sostener que su nación no subsidiará una guerra. Desde la Casa Blanca, explicó que fortalecerá el paquete de sanciones para infligir más daño al Kremlin al calificar este corte como “otro poderoso golpe a la maquinaria de guerra” para construir el paquete de sanciones más significativo en la historia del país.
A unos días de advertir que debilitaría completamente a Rusia, da pasos en la materia al reiterar que esta acción va encaminada a romper con el brazo económico de Putin y ratificó que este freno en sus puertos fue evaluado junto a demócratas y republicanos, así como naciones aliadas, aunque admitió que algunas, como las que integran la Unión Europea (UE) no pueden igualar las medidas contra este sector.
Y es que la sancionada nación es el principal distribuidor, con casi la tercera parte del gas que recibe el continente de esta potencia, mientras que en la región americana apenas representa tres por ciento, según datos del último año.
Biden precisó que labora para reducir el impacto económico en Estados Unidos tras imponer las nuevas restricciones, pero insistió que el mayor golpe será para la región euroasiática, pues los demás mercados están preparados para la turbulencia a diferencia del cercado invasor. Sin embargo, para evitar un golpe mayor a los ciudadanos estadounidenses ya abre alternativas para garantizar este suministro al negociar con el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, pese a las críticas de su Congreso, y estudia la aceleración del plan de energías verdes, aunque expertos señalan que para ello aún faltan muchos años.
Al respecto, Zelenski llamó a seguir los pasos de EU e instó a su homólogo a animar a otros gobiernos a sumarse a esta estrategia, pues un golpe certero a su economía incidiría en las acciones bélicas que mantiene contra su pueblo, contrario a las insuficientes restricciones que ve hasta el día 13 de bombardeos.
Por separado, Gran Bretaña confirmó una medida gradual para romper con este lazo comercial este mismo año, mismo que asciende a ocho por ciento de la demanda nacional. El gobierno de Boris Johnson, a través del Ministerio de Empresas y Energía, adelantó que el objetivo es concluir esta transición a finales de 2022 al sumarse a la negativa de apoyar económicamente a un país responsable de uno de los peores conflictos en la región, mismo que ha dejado miles de muertos y millones de refugiados, pero reiteró que ello no se dará de la noche a la mañana, pues se requiere de un intervalo para que empresas y mercados reemplacen dichas importaciones.
Ante estos ajustes, la gestión alemana de Olaf Scholz refirió que sólo se sumaría a este plan si ello asegurara el fin de los bombardeos que comenzaron el pasado 24 de febrero, pero debido a su alta dependencia no está en condiciones de imponer un acto similar, ya que ello implicaría bloquear su avance, de acuerdo con la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock.
Y hasta el momento, dicho gobierno sólo ha retrasado la certificación del gasoducto Nord Stream 2, mismo que EU ve totalmente acabado, al señalar que dicho oleoducto se convirtió en “un metal en el fondo del mar. No creo que vuelva a la vida”.
En respuesta, Putin decretó un plan espejo al ordenar el cierre de exportaciones a productos y materias primas por lo que resta del año, aunque dicha medida no contempla el comercio entre ciudadanos y extranjeros para uso personal.
En el documento, el mandatario justificó que esta restricción garantizará la seguridad de su territorio, pues controlará las salidas de productos, especialmente a naciones que lo han restringido económicamente. Pero hasta el momento no se reveló una lista de gobiernos o insumos seleccionados.
Además, la embajada rusa en Wa-shington respaldó al líder del Kremlin al acusar que el gobierno estadounidense “cruzó todas las fronteras del sentido político y económico” y advirtió, al igual que el vice primer ministro, Alexander Novak, que el impacto económico será más duro para Occidente que para Rusia, por la variación de precios económicos, pues el Kremlin tiene identificadas a las naciones a las que puede vender sus ahora excedentes.
Y la lista de sanciones no termina con estas prohibiciones, pues el Consejo Europeo va tras más oligarcas, legisladores y bancos rusos, al señalarlos como presuntos cómplices de la mayor guerra de los últimos años; por lo que contempla cortar el comercio ligado a la compra de software en respaldo a la región ucraniana que sigue resistiendo a dos semanas del inicio de los bombardeos.
En tanto, la Organización Mundial del Turismo (OMT) analiza suspender temporalmente como miembro al gobierno señalado por las violaciones al derecho internacional.
- El dato: La OTAN aseveró que concentra todos sus esfuerzos en evitar que la crisis actual siga escalando, al evitar que esta guerra se extienda a otros territorios.