El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, descartó que exista algún tipo de presión contra el Poder Judicial en respuesta a la renuncia de la jueza Erika Aifán.
Un día después de la polémica, el mandatario intentó zanjar ésta en torno a la separación y exilio de la impartidora de justicia, quien denunció amenazas y hostigamiento que ponen en riesgo su integridad, y ratificó su férreo “compromiso con el respeto al Estado de derecho y la seguridad de todos los miembros del Poder Judicial”.
Sostuvo que velará porque este ejercicio continúe libre de “amenazas o injerencias externas de cualquier tipo”, sin hacer énfasis en la seguridad de la denunciante, quien se exilió en Estados Unidos tras exhibir la presunta intromisión de este gobierno en investigaciones en curso contra varios empresarios, políticos y civiles vinculados a presunta corrupción.
No obstante, pese al mensaje compartido a través de su cuenta de Twitter, Giammattei no consiguió calmar las críticas y generó una ola de repudio en su contra, pues decenas de usuarios de redes sociales se lanzaron en su contra con insultos y reclamos por la falta de justicia e impunidad que prevalece en la nación, al recordar que Aifán cuenta con medidas cautelares de protección desde hace casi tres años.
