A bordo de una camioneta roja vieja, un ciudadano ucraniano emprendió una odisea peligrosa para salvar a decenas de connacionales y en sólo seis viajes logró evacuar a 200 residentes en Mariupol.
Mykhailo Puryshev, quien convirtió su club nocturno en un refugio, relató a Reuters que tras el inicio de la guerra decidió usar una vieja furgoneta, prácticamente destruida, para organizar traslados de hasta ocho horas para alejar a los afectados de la ciudad portuaria, sin revelar el destino final.
El objetivo inicial era ayudar a sus trabajadores a salir de la ciudad que se convirtió en blanco de los soldados invasores, y así comenzó la travesía el pasado 8 de marzo, en el día 16 de la guerra. Asi, en medio de edificios bombardeados sacó a un grupo de personas del país entre el temor de no escapar porque los corredores humanitarios no habían funcionado.
El hombre relató que pese a los bloqueos, los puestos de seguridad rusos y decenas de cadáveres hallados en el camino no desistió y concretó seis viajes en total, pues no sólo ayudó a conocidos sino a quienes llegaron a su inmueble para resguardarse.
Sin embargo, sus viajes terminaron el pasado 28 de marzo, tras un mes de guerra, porque fue reconocido por los separatistas y uno de ellos le advirtió que no regresara a Mariupol, de lo contrario lo encerrarían o hasta le harían algo peor.
No se libró de ataques en el camino
Mykhailo Puryshev detalló que durante los seis viajes no esquivó del todo los ataques y la unidad sufrió averías.
Sostuvo que, pese a las “marcas de guerra”, entre viajes reparó la camioneta y hasta cambió los cristales, pues el parabrisas y ventanas laterales estaban rotas; además una de las puertas prácticamente se destruyó a causa de que la furgoneta fue alcanzada por disparos o hasta el impacto de proyectiles que cayeron cerca de donde transitaban.
Agregó que uno de los temas que más le inquietaba era pasar sobre una mina, pues éste sería el fin para los desplazados.
fgr
