Dos mujeres ucranianas, cuyos esposos participan en la defensa de una planta siderúrgica asediada por tropas rusas en la ciudad de Mariupol, solicitaron que la evacuación de civiles también incluya a los militares, pues temen que los soldados sean torturados y asesinados si son capturados por las fuerzas rusas.
“Las vidas de nuestros soldados también importan. No podemos hablar solamente de los civiles”, dijo Yuliia Fedisuk, de 29 años, esposa de Arseny Fedisuk, miembro del Regimiento de Azov, ejército ucraniano en Mariupol.
Junto con Kateryna Prokopenko, cuyo esposo, Denys Prokopenko, es el comandante del regimiento, hicieron el viernes 29 de abril su petición en Roma, Italia, con el fin de encontrar ayuda internacional para evacuar la planta de Azovstal, el último bastión de resistencia ucraniana en la destruida ciudad portuaria.
Cabe mencionar que alrededor de dos mil defensores ucranianos y mil civiles están resguardados en la red subterránea de búnkeres de la planta, los cuales soportan bombardeos aéreos; no obstante, las condiciones empeoraron ante el agotamiento de comida, agua y medicamentos, luego que las fuerzas rusas arrojaron bombas antirefugios y otras municiones.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expuso que el secretario general António Guterres y el presidente ruso, Vladimir Putin, acordaron en su reunión de la semana pasada en Moscú, evacuar la planta, pero las discusiones se refirieron a civiles, no a combatientes.
Bajo este panorama, las mujeres afirmaron que 600 soldados están heridos y algunos de ellos sufren gangrena debido a que sus vendajes están sucios, sus lesiones están abiertas o tienen extremidades amputadas.
Prokopenko, de 27 años, pidió una misión al estilo Dunquerque, aludiendo a la operación marítima de la Segunda Guerra Mundial, pues cientos de botes fueron lanzados para rescatar a alrededor de 330.000 soldados británicos y aliados rodeados por las fuerzas alemandas en la costa del norte de Francia.
“Podemos hacer esa operación de extracción… que salvará a nuestros soldados, nuestros civiles, nuestros hijos”, dijo. “Tenemos que hacerlo ya, porque la gente, cada hora, cada segundo, se está muriendo”.
Con información de AP
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