Pese a la reducción de casos para avanzar a la fase endémica en Estados Unidos, en Nueva York se prenden las alarmas de nuevo por un alza de contagios de Covid-19 que puede comprometer el sistema sanitario justo cuando el país se ubica a menos de nueve mil decesos del millón por SARS-CoV-2.
Aún con la amenaza de la variante Ómicron, autoridades neoyorquinas reconocen que están registrando incidencias dispares en zonas como Manhattan y Staten Island, mismas en las que ya se identifica un nivel de riesgo medio.
Y no descartan que siga subiendo el nivel, a fin de prevenir brotes severos como a inicios de año, cuando el linaje sudafricano se convirtió en el dominante y provocó retrocesos en la lucha contra el virus, lo que recuerda que según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) enlistó a más de la mitad de los condados en el estado como de riesgo, en comparación con la incidencia de la semana pasada.
Asimismo, el Comisionado de Salud de la ciudad de NY, Ashwin Vasan, advirtió que de mantenerse el ritmo actual de hasta 200 infecciones por cada 100 mil habitantes en los cinco distritos se esperan semanas críticas, pues con este panorama la situación podría empeorar rápidamente.
La ciudad de Nueva York ha entrado en el nivel de alerta de riesgo medio. Los casos han superado la tasa de 200 por cada 100 mil personasAshwin Vasan, Comisionado de Sanidad de NY
Ello obligaría a la entidad a retornar al uso obligatorio de mascarillas, mismas que se eliminaron hace unas semanas, pues el mayor riesgo es que vuelvan los brotes en espacios cerrados.
Por ello, el médico exhortó a la población a alejarse de zonas aglomeradas y mantener las medidas sanitarias por prevención para evitar poner en peligro a la región, como ya se anticipaba desde el mes pasado.
Incluso, recordaron a la ciudadanía la importancia de estar completamente inmunizada para alejar el virus, pues las dosis anti-Covid y los refuerzos ampliamente disponibles en la nación más afectada por Covid son cruciales para frenar la propagación de una emergencia que creían superada en su peor fase.
Asimismo, se resaltó que, pese a este revés, la incidencia de muertes y hospitalizaciones van a la baja con hasta 50 y 13 por ciento, respectivamente.