En medio de la tensión en Europa por la invasión rusa de Ucrania, y los amagos del Kremlin de posibles “represalias técnico-militares” ante los intentos de Finlandia de sumarse a la OTAN, Turquía se declaró en contra de la adhesión de ese país y de Suecia a la alianza, mientras que Estados Unidos subrayó la política de “puertas abiertas” del organismo y el derecho de ambas naciones a ser miembros.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo no tener “una opinión positiva” sobre la incorporación de ambas naciones y consideró que “Escandinavia es una casa de invitados para el terrorismo” y recordó el “error” de que su país permitiera la entrada de Grecia a la OTAN.
Cualquier ampliación de la OTAN requiere la aprobación unánime de los miembros de la alianza. Turquía es miembro de la OTAN desde 1952.
Por su parte, el presidente de Estado Unidos, Joe Biden, subrayó la política de “puertas abiertas” de la OTAN, y el derecho de Finlandia y Suecia a decidir sobre su hipotética entrada a la Alianza, rompiendo así su histórica neutralidad, achacándolo a los supuestos peligros que llegan desde Rusia tras su invasión de Ucrania.
Biden conversó por teléfono con su homólogo finlandés, Sauli Niinisto; y con la primera ministra sueca, Magdalena Andersson “para analizar la estrecha cooperación en defensa y seguridad” que mantienen sus respectivos países, informó la Casa Blanca.
JUICIO HISTÓRICO
Ucrania organizará su primer juicio por crímenes de guerra por la invasión lanzada por Moscú contra Vadim Shishimarin, un soldado ruso de 21 años acusado de matar a un civil desarmado de 62 años, para evitar que testificara sobre el robo del coche anunció la Fiscalía general.
El caso tiene una enorme importancia simbólica para Ucrania. El Gobierno de Kiev ha acusado a Rusia de atrocidades y brutalidad contra los civiles durante la invasión y ha dicho que ha identificado más de 10 mil posibles crímenes de guerra. La Fiscal dijo que su oficina estaba preparando 41 causas de crímenes de guerra contra soldados rusos.
