Frente a la política expansionista de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el presidente de Rusia, Vladimir Putin, amagó con una respuesta “en función de la amenaza”, mientras sigue bombardeando Ucrania y alista el retorno de tropas a Járkov.
Aunque sostuvo que ni Finlandia ni Suecia son un riesgo, el líder del Kremlin refirió que si se concreta la ampliación a 32 países actuará en consecuencia, acotando que esa alianza es la que crea más amenazas mundiales, lo que aseveró “agrava la ya incómoda situación internacional en el campo de la seguridad”, previo a que se cumplan tres meses de la supuesta “operación de desnazificación”.
Ante la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva —alianza soviética con Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán—, aseveró que Occidente disfraza su involucramiento y control en asuntos internacionales de intentos para reforzar la protección, por lo que esas naciones se convertirán en otras bases militares y de misiles, que podrían usarse en su contra, en represalia por la invasión, e insistió que la respuesta de su gobierno dependerá de los despliegues militares, que afirma deterioran aún más la estabilidad mundial.
Luego de las solicitudes de los gobiernos nórdicos a sumarse a la OTAN, Putin reiteró que no tiene ningún problema con ellos. No obstante, calificó sus acciones como otro agravio, para influir más cerca de su territorio.
Y no es el único en mostrar su rechazo, pues Turquía reiteró que no cederá, pese a que funcionarios finlandeses y suecos prevén enviar una delegación a Ankara para lograr el respaldo a esta integración.
Sin embargo, el gobierno de Recep Tayyip Erdogan adelantó que no cambiará en su decisión y hasta criticó que estas naciones no han fijado su postura en torno a organizaciones criminales, pero sí aplican sanciones en su contra.
En tanto, Rusia, precisó que el peligro real no son Finlandia o Suecia sino cuánto tiempo tardará el organismo en desplegar fuerzas en su contra y para qué serán usadas bajo el pretexto de “proteger” a Ucrania.
Por ello, como adelantó el Ministerio de Defensa, ya anticipa ampliar su presencia militar ante acciones inamistosas. Y recalcó a sus aliados que tiene evidencia de que Estados Unidos, mayor interesado en extender el dominio de la OTAN, usó territorios de aliados para desarrollar armas biológicas, mientras la gestión de Joe Biden descartó que el organismo sea una amenaza para algún país.
Al respecto, el líder bielorruso, Aleksander Lukashenko, llamó a crear un frente para contrarrestar los intentos de control occidentales; mientras que la vocera de Exteriores rusa, Maria Zajarova, subrayó que Europa es la que frena los intentos de terminar con la crisis, asegurando que el Kremlin lleva ocho años planteando alternativas que no convencen a esa región, en referencia al control de Crimea, territorio controlado por Rusia, pero que Ucrania insiste le pertenece.
Ante este panorama, Putin responsabilizó a Europa de lo que suceda, aunque persiste en sus ataques en puntos estratégicos como Jerson, Chernigov, Lugansk y Donetsk, donde en ataques separados murieron 20 civiles, entre ellos un niño.
La zona más afectada fue Severodonetsk, donde fallecieron 10 personas luego del impacto de proyectiles contra zonas residenciales, afectadas por varios incendios, plan previsto para que las tropas invasoras se apoderen de la zona. En tanto, en otro de los focos rojos, Chernigov, autoridades reportaron hasta siete potentes explosiones sin un saldo oficial de víctimas.
Pese a estos bombardeos, Rusia acordó un nuevo corredor con Ucrania para permitir la salida de decenas de soldados heridos en la planta siderúrgica de
Azovstal, luego de casi una semana de negociaciones, proceso en el que la gestión de Volodimir Zelenski ofreció entregar a cientos de soldados detenidos.
Horas después del anuncio, el presidente Zelenski y el ejército ucraniano confirmaron la evacuación de 264 militares, más de 50 de ellos heridos, a bordo de varios autobuses y confían en “salvar más vidas”; sin embargo, el paso seguro se dirige hacia territorio ocupado, pues se ordenó su envío a un hospital de Novoazovsk, en Donbás, territorio que se asume como independiente y del que Rusia busca su adhesión. Además, se desconoce por cuánto tiempo se les permitirá salir o si hay un número mayor de evacuaciones, pues habría 600 atrapados.
FISCALÍA NUTRE ACUSACIONES
Luego de presentar al primer ruso ante las autoridades por crímenes de guerra, el gobierno de Ucrania confirmó que ya identificó a 45 invasores responsables por crímenes de guerra.
La fiscal Irina Venediktova puntualizó que, a la fecha, tres ya han enfrentado a sus tribunales, responsables de atrocidades en Járkov, territorio que abandonaron los ocupantes hace unos días.
Y aprovechó este avance para presionar a la comunidad internacional para sancionar a Rusia, al advertir que Ucrania se mueve mucho más rápido que órganos mundiales para mostrar que no permitirán que estos invasores rusos abusen de la situación. Y advirtió que sin importar cuánto tiempo tarden el objetivo es “encontrar a todos (los criminales)”.
