Tras el tiroteo que dejó un saldo de 19 niños y dos maestras sin vida en una escuela de Uvalde, en Texas, la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris llamó a prohibir las armas de asalto en su país.
En declaraciones a la prensa, Harris apuntó que las armas de asalto fueron diseñadas para matar de manera muy rápida a muchos seres humanos.
"Son armas de guerra que no tienen lugar entre la sociedad civil", refirió luego de acudir al funeral de una de las víctimas del tiroteo en Buffalo, Nueva York, ocurrido la semana pasada.
Más temprano, el presidente Joe Biden aseguró que si bien no se puede "ilegalizar la tragedia", sí que se puede trabajar para hacer que Estados Unidos sea más seguro.
Agregó que el país puede hacer "de una vez por todas" lo que hay que hacer para "proteger las vida de nuestra gente y de nuestros hijos", en una referencia a un posible incremento al control de armas de fuego, cuya posesión es un derecho constitucional en Estados Unidos.