Los malestares físicos que han aquejado a la reina Isabel II se hicieron presentes nuevamente, ahora en plena conmemoración del jubileo de platino, luego de cumplir 70 años en el poder, lo que impidió que se sumara a todas las conmemoraciones preparadas en su honor.
Desde temprana hora, la monarca vestida de azul pálido salió al balcón del Palacio de Buckingham, donde fue vitoreada y ovacionada por la multitud, que se congregó para celebrarla, misma tenía semanas sin verla públicamente, tras varias cancelaciones, que incluyeron viajes.
Con banderas y objetos alusivos a la familia real, miles de británicos se dieron cita en la zona para tratar de ver a la única persona que ha logrado mantenerse 70 años en el trono de la nación luego de participar en pocos eventos debido a las restricciones propias de pandemia de Covid-19; además, dichas festividades se extenderán hasta por cuatro días como lo marca la tradición.
Desde el balcón, presenció el desfile conocido como Trooping the Color —que se conmemora desde 1760— junto a sus herederos, como sus hijos el príncipe Carlos, acompañado de su esposa Camila parker, y la princesa Ana, con su esposo Tim Laurence; así su nieto Guillermo, el duque de Cambridge, quien asistió junto a su esposa Catalina y sus tres hijos, Jorge, Carlota y Luis.
Los menores atrajeron todas las miradas durante el sobrevuelo de los 70 aviones de combate en honor a su abuela, pues en varias ocasiones se taparon los oídos e hicieron gestos debido al fuerte ruido que provocaron los jets; mientras que el hijo mayor de la jerarca la sustituyó en algunos momentos de la ceremonia, tal como lo hizo el mes pasado ante el Parlamento británico.
A lo lejos se encontraba su otro nieto Enrique y su esposa Meghan Markle, quienes se han mantenido alejados de la familia por diferencias. No obstante, se detalló que aunque no se unieron a las ceremonias públicas, sí hicieron el viaje a Londres para reconocer el legado de su abuela, la reina.
En tanto, uno de los grandes ausentes fue su hijo Andrés. Desde hace semanas se anticipaba que no estaría en Buckingham debido al escándalo tras ser acusado de abuso sexual en Estados Unidos; sin embargo, lo que le impidió unirse a las celebraciones fue que se contagió de Covid, justo unos días después de haberse reunido con su madre.
Luego de suspender eventos públicos y viajes desde febrero pasado cuando se contagió de Covid, la reina de 96 años evitó el tradicional saludo a su regimiento por temas de movilidad, pero se vio muy animada compartiendo con la multitud desde el balcón, en donde se le observó apoyada sobre un bastón, debido a problemas de salud.
Por la noche, la monarca, quien ahora vestía saco verde y llevaba un apoyo diferente, encendió la cadena de lámparas en el Castillo de Windsor, como estaba planeado; la realeza resaltó que “disfrutó enormemente” la conmemoración.
Sin embargo, el Palacio reportó que la monarca “experimentó molestias”, otra vez por temas de movilidad, lo que la obligó a suspender una de las primeras actividades de hoy, el segundo día de las multitudinarias celebraciones.
En un comunicado, se detalló que ante esta situación se ausentará de la misa en su honor en la Catedral de San Pablo; sin embargo, ello no impide que ésta se lleve a cabo como está previsto.