Menor relata que se cubrió de sangre para salvarse

Sobreviviente insta a no repetir otro Uvalde

Miah Cerrillo admite en un video para el Congreso que teme por la falta de seguridad en las escuelas; padre de otra víctima también declara mientras siguen los funerales en Texas

Sobreviviente insta a no repetir otro Uvalde Foto: Especial.

Dos semanas después de cubrirse de sangre para aparentar estar muerta en un salón de clases de Texas, Miah Cerrillo habló ante la Cámara de Representantes para exigir un alto a los tiroteos, al señalar “no quiero que vuelva a suceder”, elevando la presión sobre el control de armas en Estados Unidos, ante el aumento de la violencia armada.

La sobreviviente de la masacre en Uvalde de 11 años se dirigió a legisladores de la Comisión para la Supervisión, en un video pregrabado, como parte del debate que empujan el presidente Joe Biden y el ala demócrata.

Durante la plática en compañía de su padre, Miguel Cerrillo —quien sí acudió al Congreso—, la pequeña de cuarto grado relató que el pasado 24 de mayo vio como un hombre, identificado como Salvador Ramos, asesinó a su maestra de un disparo en la cabeza y a varios de sus compañeros, entre ellos un amigo que estaba sentado a un lado.

Ante el temor, Miah detalló que al ver la sangre “me la puse y me quedé quieta”, para evitar ser baleada si el atacante regresaba. Incluso, agregó que luego de los disparos llamó al 911, desde el celular de la docente, para dar aviso sobre el ataque, del que horas después se confirmó la muerte de 21 personas en el plantel en el que el tirador estuvo por casi una hora, debido a la tardanza de la Policía.

Recordó que su maestra, sin dar el nombre, intentó protegerlos, pues al ver que el agresor estaba en los pasillos, ya afuera del salón, les dijo que se escondieran en la parte trasera del aula y que usaran las mochilas para taparse.

Gráfico

La menor admitió que no se siente segura en la escuela, luego de que su padre le preguntara si considera que estaría a salvo, ante lo que negó con la cabeza. Cerrillo reiteró “no quiero que pase de nuevo”, lo que resonó como una advertencia sobre el impacto que causan estas tragedias en una comunidad en la que continúan los funerales por la peor masacre registrada en el país en años.

Ayer habitantes de la zona dieron el último adiós a Annabell Rodríguez, de 10 años, y por quien su familia reconoció “nuestras vidas no volverán a ser las mismas sin ti”, ante la tragedia que sigue generando debate por la seguridad, la facilidad para adquirir armas y la respuesta de los uniformados, mismos que están bajo el escrutinio del Departamento de Justicia, que revisa las políticas, tácticas, capacitación y comunicaciones del día de la masacre, no para apuntar a quienes cometieron errores, sino para corregirlos en escenarios similares.

Más tarde, Félix Rubio, padre de Alexandria una de las niñas asesinadas, urgió al Congreso a prohibir los rifles de asalto, como ha repetido el presidente, para impedir que más agresores irrumpan en escuelas u otros sitios de riesgo.

El ayudante del alguacil explicó que ese día se tomó fotos con su hija en la ceremonia de graduación sin saber que no la volvería a ver, por lo que siempre se arrepentirá de no haberla llevado a casa.

Por separado, el médico que recibió a las víctimas, Roy Guerrero, comentó que nunca sacará de su mente los gritos de padres y madres ni el estado en que encontró a los menores, pues ahí vivió una de las peores escenas en su carrera, pues los cuerpos de al menos dos niños quedaron destrozados, hecho del que, dijo, los legisladores no son testigos.

Apuntó que la única pista para identificarlos era la ropa, mientras los familiares esperaban saber si sus hijos estaban vivos o muertos.

A la audiencia se sumó la madre de uno de los heridos en un supermercado en Buffalo. Zeneta Everhart comentó que a casi un mes siguen las curaciones de Zaire, que son un recordatorio del dolor de tener un agujero en el cuello, dos en la espalda y uno más en la pierna izquierda producto de una AR-15. Con esa imagen en la cabeza, instó a los legisladores a imaginarse que sus hijos enfrenten un dolor de esa magnitud al reclamar la obligación de detener estas acciones para proteger a todos los niños en un país en el que ya no se sienten seguros.

A la par de estos testimonios, se reportó el arresto de un sujeto en las inmediaciones de la casa del juez de la Suprema Corte Brett Kavanaugh, a quien habría amenazado presuntamente por su postura contra el aborto, según filtraciones de hace un mes sobre un revés a la sentencia Roe vs. Wade.

Tras la captura se confirmó que el sujeto de 20 años fue acusado de tentativa de homicidio, pues llevaba una pistola y un cuchillo, lo que evidencia el alza extremista que anticipaba el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

  • El dato: Legisladores que rechazan las restricciones a las armas han propuesto reforzar las escuelas o hasta armar a los maestros y capacitarlos en la materia para actuar ante hechos similares.