El peor terremoto en Afganistán en dos décadas provocó la muerte de poco más de mil personas, según datos oficiales, aunque el Talibán reconoce que por la magnitud, de 5.9, y los daños visibles es imposible calcular la devastación.
Aunque fue ligeramente menor al de 6.1 que devastó Hindú Kush en marzo de 2002, los decesos ya superan en menos de 24 horas los mil de hace 20 años, pues la mayoría de la población aún dormía cuando la sacudida los sorprendió. Y el daño se agravó debido a que el movimiento se generó a poca profundidad, empeorando el impacto, principalmente en las montañas.
Las autoridades temen que el saldo aumente drásticamente en cuestión de horas, luego de los primeros recorridos por Paktika, el epicentro. Dicha zona concentra casi la cuarta parte de los fallecimientos, pero también hay daños cerca de la capital, en Kabul, Khost y Nangarhar. En tanto, medios y agencias mostraron en imágenes y videos a personas que, aún a oscuras en la madrugada, corrían en busca de refugio evidenciando la gravedad del sismo, mientras que en las calles se acumulan cientos de cuerpos tapados únicamente con sábanas.
Tras el daño, personal de asistencia y de salud indicó que hay cientos de personas aún atrapadas entre escombros y ya se contabilizan unos mil 500 heridos, quienes son atendidos de manera improvisada en la calle.
Sin embargo, autoridades y afectados señalan que, más allá del tipo de heridas, el problema es la falta de insumos, a casi un año de que el movimiento Talibán recuperó el control de la nación, pues entre julio y agosto de 2021 forzaron a las fuerzas extranjeras a abandonar su territorio.
Ante la crisis, el gobierno no dudó en movilizar la ayuda disponible y lanzó un llamado a nivel internacional, pues hay zonas a las que aún no logran ingresar, debido a que en los últimos días se reportaron fuertes lluvias y desplazamientos de tierra en varias ciudades.
“Se insta a todas las agencias a enviar equipos para prevenir una mayor catástrofe”, urgió el portavoz del grupo islámico, Bilal Karimi, y el líder supremo del Talibán, Haibatullah Akhundzadah, llamó a no escatimar esfuerzos, ante el primer gran problema que enfrenta su gobierno, en plena crisis económica. Por ello, convocó una reunión de emergencia y delegó al Ministerio de Defensa encabezar las operaciones de rescate, ante lo que destaca que muchos organismos de asistencia no están en la zona debido a las condiciones impuestas por el Talibán.
En medio de estas peticiones, socorristas mantienen labores de rescate y de evacuación, pues decenas de pobladores en zonas de riesgo fueron sacados a bordo de helicópteros, pero la nación no cuenta con suficientes aeronaves. Mientras que algunas personas se resisten a abandonar en busca de sus familiares y se han reunido de manera voluntaria en busca de posibles sobrevivientes y para recuperar los cadáveres de familiares y conocidos.
La Cruz Roja Internacional, que tiene bases en Kabul, fue una de las primeras en garantizar apoyo para el rescate y la evacuación de víctimas, mientras cientos de pobladores buscan a familiares desaparecidos.
Por separado, el jefe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, confirmó que ya movilizó toda la ayuda para los miles de afectados y dijo que ante estas tragedias se debe mostrar total solidaridad, por lo que enviarán equipo e insumos médicos. Dicho respaldo fue replicado por el representante de la Unicef en Afganistán, Mohamed Ayoya, quien externó en un comunicado que ya alistan equipos móviles de salud. Posteriormente, las oficinas del organismo estimaron que hay dos mil casas destruidas, 20 veces más que el reporte inicial del Talibán.
Y tan sólo en las primeras 24 horas calculan que Afganistán requiere de 15 millones de dólares. Ante lo que la Unión Europea (UE) y Estados Unidos ya alistan medidas para garantizar la ayuda; el enviado especial de la primera región, Tomas Niklasson, informó que ya se coordinan para garantizar insumos básicos en la región, mientras que el presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó al gobierno evaluar las necesidades para comenzar con la cooperación en esa zona.
Asimismo, la oficina de desastres de la ONU ve un reto humanitario difícil por las condiciones climáticas y del terreno, en torno a las carreteras, pero anticipan que ello no mermará sus esfuerzos.
Autoridades de Pakistán, nación vecina, e India confirmaron que en sus territorios también se sintió el movimiento telúrico, hecho que ratificó con sus mediciones el Centro Sismológico Europeo-Mediterráneo (EMSC, por sus siglas en inglés), pero ninguno de estos gobiernos ha reportado, hasta el cierre de esta edición. decesos o pérdidas.
fgr