Rusia advirtió que frenará los avances expansionistas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) si dicha alianza, que alista la adhesión de Finlandia y Suecia, despliega más militares en la zona, cerca de su frontera.
Luego de que el líder del organismo, Jens Stoltenberg, resaltara que la unidad crece para contar con un mundo “más seguro” y “más fuerte” y así enfrentar a la mayor amenaza internacional, como catalogó a Rusia por la guerra contra Ucrania, el presidente de esa nación, respondió que actuará en consecuencia a lo que haga este organismo.
Sus acciones se dan luego del arranque de la Cumbre de la OTAN en España, proceso en el que Stoltenberg oficializó la invitación a Finlandia, que comparte frontera con Rusia, y Suecia para formar parte de la alianza tras superar las diferencias con Turquía, único integrante que estaba reacio a la inclusión de dichos gobiernos, por diferencias en torno al combate de las organizaciones terroristas, como los kurdos.
Durante este encuentro, la OTAN refirió en un mensaje directo contra Putin que no cesará en sus planes por recuperar la seguridad internacional y la paz mundial, que ha vulnerado Rusia.
Recalcó que son sus prioridades como bloque, especialmente ante la principal amenaza a la seguridad mundial, al recordar que ese gobierno detonó una guerra, misma que el Kremlin insiste en denominar “operación militar”, a la par que sigue bombardeando zonas costeras y blancos como Lisichansk.
Además, rechazó las acusaciones y condenas mundiales en su contra al desmentir supuestos ataques contra civiles en la región, como este fin de semana en un centro comercial. Pues Putin refirió que desde que comenzó la invasión no hay dirigido ningún misil hacia civiles, aunque Ucrania afirma contar con evidencia de que sí han atacado residencias, centros comerciales, hospitales y hasta escuelas, de manera directa.
Por ello, los socios adelantaron que seguirán reforzando a las fuerzas armadas defensoras para contener el “fuerte sufrimiento inhumano” en Ucrania sin escatimar recursos.
Y posteriormente se adelantó la entrega de un nuevo paquete de ayuda, en respuesta al insistente reclamo de Volodimir Zelenski para enviar armamento pesado para reforzar su defensa de los rusos, quienes dijo intentan dictar un nuevo orden y condiciones en Europa, mientras que Estados Unidos prevé ampliar su presencia militar en Europa, sin precisar si reforzará a los 100 mil soldados que ya realizan labores en zonas del continente.
El anfitrión de la Cumbre aseveró que es evidente que la relación entre Occidente y Rusia ha empeorado en los últimos meses, pues, pese a los intentos por negociar, como ocurrió en los primeros días de la invasión, es claro que ésta llegó a su “peor nivel desde la Guerra Fría”, responsabilizando al Kremlin de esta situación, pues reiteró que han abierto oportunidades de diálogo para poner fin al conflicto que comenzó a finales de febrero pasado.
Frente a este panorama, Putin insistió que está atento a la política expansionista de la OTAN, mismo que acusó sólo usa a Ucrania, pues la respalda para lograr sus objetivos territoriales y militares contra su gobierno, por lo que insistió “tendremos que responder simétricamente”, ante la posibilidad de que la OTAN despliegue soldados del organismo en las naciones bálticas, lo que representa el reforzamiento de las fronteras, lo que dijo “no es nada nuevo para nosotros”, al insistir que esa alianza busca atacarlos de cualquier forma.
El líder del Kremlin dijo que no tiene diferencias con Finlandia o Suecia, pues afirmó que ninguna representa una amenaza para ellos; sin embargo, el problema será si se prestan a los avances de la OTAN en su contra. Por ello, según medios rusos, Putin insistió “no tenemos nada de qué preocuparnos (…) sólo debemos tener claro y comprender bien que tendremos que responder”, con lo que responsabiliza a dicha región de cualquier tensión que se desate en los próximos días o semanas, por prestarse a crear amenazas territoriales.
Restringen a críticos
La Cámara baja rusa o Duma aprobó una nueva ley para sacar de espacios de liderazgo a sus opositores, a quienes tachan de “agentes extranjeros”.
Al alegar que sus críticos conspiran con gobiernos internacionales que tienen interés contrarios a
Putin, explicaron que el objetivo es limitar la participación de éstos, por ello prohibirán que den clases en escuelas públicas, realicen actividades políticas, obtengan fondos del gobierno o difundan información, al sostener que ésta es falsa, incluso antes de que difunda, lo que recuerda a las restricciones contra el mayor opositor Alexei Navalny y sus aliados, quienes son cercados por el gobierno.
Con este cambio, disidentes ven un respaldo a la propaganda rusa para justificar la operación de desnazificación, cuando gobiernos de la región como Francia, a través de Emmanuel Macron, piden a la población abrir los ojos ante la situación que provocó Rusia.
