Los soldados invasores se lanzaron nuevamente contra zonas civiles al bombardear instalaciones médicas y edificios residenciales en Mikolaiv y en Jerson, luego de que fuerzas defensoras reportaran que ya suman más de 30 decesos por el ataque contra viviendas en Chasiv Yar.
En el primer caso sólo se reportaron personas lesionadas, mientras que en la segunda región se confirmó la muerte de al menos cinco personas, hecho ante el que Ucrania respondió con un bombardeo a un depósito de armas, destruyendo las reservas de los ocupantes.
Sin embargo, la cifra de víctimas sigue al alza, pues continúan las labores de recuperación de cuerpos en Chasiv, pues no descartan que los desaparecidos sean hallados muertos entre los escombros de un inmueble de cinco niveles.
En la segunda ciudad atacada, en medio de los intentos de recuperar el poder en el sur, líderes advirtieron que los invasores van tras activistas y periodistas, a quienes responsabilizan de dar su ubicación. Incluso se reveló que habría precio por algunos líderes.
En tanto, los rusos buscan ampliar su zona de poder y alistan la adquisición de armas, a través de un gobierno aliado, como Irán, mientras decenas de países siguen suministrando equipo a Kiev.
Tras casi cuatro meses de guerra, los rusos podrían quedarse sin armamento lo que los obligó a voltear a Irán, pues según inteligencia de Estados Unidos el Kremlin recibirá cientos de drones militares para reforzar su ofensiva.
Dicha información no ha sido corroborada por los implicados; sin embargo, se sabe que el presidente ruso, Vladimir Putin, visitará Irán la próxima semana, lo que abre sospechas sobre la negociación.
Ante esta situación, el gobierno de Joe Biden ratificó su apoyo a los defensores ucranianos con la entrega de ayuda militar y económica adicional que comprometió desde hace semanas.