Presidente Mattarella disuelve el Parlamento

Draghi renuncia como primer ministro de Italia

Tras perder el respaldo de sus antiguos aliados en la coalición de unidad, el funcionario dimitió en el Palacio del Quirinal; se mantendrá para asuntos básicos de la administración hasta que se forme un nuevo gobierno

El presidente italiano, Sergio Mattarella, se reúne con el presidente del Consejo, en el Palacio Presidencial de Italia. Foto: Reuters

Luego de perder la mayoría parlamentaria que lo sustentaba, Mario Draghi renunció ayer como primer ministro durante una reunión celebrada en el Palacio del Quirinal. El funcionario sólo se mantendrá para asuntos básicos de la administración ordinaria hasta que asuma un nuevo gobierno después de los comicios anticipados.

“Gracias por todo el trabajo realizado juntos en este periodo”, dijo Mario Draghi en un breve discurso ante la Cámara de Diputados el jueves antes de renovar su oferta de renuncia, donde pareció conmovido por los aplausos de los legisladores allí reunidos y bromeó diciendo que incluso los jefes de los bancos centrales tienen corazón.

Posteriormente, Draghi solicitó de inmediato la suspensión de la sesión para dirigirse al Palacio del Quirinal, donde llegó poco después de las 9:15 de la mañana de ayer para comunicarle al presidente de Italia, Sergio Mattarella, su decisión.

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Mario Draghi, Exprimer ministro de Italia

Alrededor de las 10:30 de la mañana, la oficina de prensa de la presidencia de la república italiana confirmó la renuncia del político. Mario Draghi “reiteró su renuncia y la del Ejecutivo que encabeza”, señaló en un breve comunicado, el cual precisa que “se ha tomado nota” de la decisión y que permanecerá por ahora en el cargo para “dirigir los asuntos corrientes”.

Tras su dimisión, el presidente Sergio Mattarella disolvió el parlamento luego de señalar que dio el paso porque la falta de apoyo a Draghi también indicaba que “no había posibilidad” de formar otro gobierno que pudiera tener una mayoría de legisladores.

Aunque no se fijó una fecha para una nueva elección, el presidente Sergio Mattarella dijo que debe celebrarse dentro de 70 días, según la Constitución, es decir el 25 de septiembre. La dimisión de Draghi y disolución del parlamento llega a Italia –la tercera economía más grande de la eurozona–, en el momento en que el país enfrenta precios altísimos en todos sus productos, desde alimentos hasta servicios domésticos, como resultado de la invasión de Moscú.

El debate, la votación y las formas en que se expresó ayer (el miércoles) este voto en el Senado pusieron en evidencia la falta de apoyo parlamentario al gobierno y la ausencia de una prospectiva para dar vida a una nueva mayoría...
Sergio Mattarella, Presidente de Italia

“El periodo que atravesamos no permite pausa alguna en determinar intervenciones para contrastar la crisis económica y social, y en particular el aumento de la inflación, que trae graves consecuencias para las familias y las empresas”, declaró el jefe de Estado.

El presidente Mattarella señaló el mal momento para la nación y el continente. Pero manifestó que no tenía opción después del miércoles por la noche, cuando tres partidos clave en la coalición de “unidad” de Draghi –Movimiento 5 Estrellas, Forza Italia y La Liga– se negaron a renovar su apoyo en un voto de confianza.

“El debate, la votación y las formas en que se expresó ayer (el miércoles) este voto en el Senado pusieron en evidencia la falta de apoyo parlamentario al gobierno y la ausencia de una prospectiva para dar vida a una nueva mayoría” en el Parlamento, dijo el mandatario.

El mandato de cinco años del parlamento habría expirado en marzo del 2023, por lo que efectivamente las elecciones se celebrarían con apenas seis meses de antelación.

Draghi se quedó a pedido del presidente en un papel de interino, asegurando que el gobierno pueda llevar a cabo medidas básicas en los meses previos a que se establezca una nueva coalición.

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No obstante, dadas las constantes peleas entre los partidos políticos de Italia, podrían pasar semanas antes de que se establezca un nuevo gobierno. Luego de las elecciones parlamentarias del 2018, pasaron 90 días antes de que jurara un nuevo gobierno.

Ante este panorama, Draghi, que podría ocupar la oficina de primer ministro durante la mayor parte de este año, animó a su gabinete interino a mantener su enfoque en los problemas apremiantes del país mediterráneo.

“Italia tiene todo para ser fuerte, autoritaria y creíble” en el mundo, declaró. “El gobierno debe lidiar con la pandemia, la guerra en Ucrania, la inflación y los costos de la energía, además de seguir adelante con las reformas económicas ordenadas”, expresó Draghi.

Sin embargo, Italia también está sufriendo una sequía prolongada que amenaza los cultivos y tiene dificultades para implementar su programa de recuperación de la pandemia financiado por la Unión Europea.

Asimismo, la inestabilidad del país de la bota podría extenderse por Europa, que también enfrenta problemas económicos. Draghi había asumido el estatus de estadista mientras la Unión Europea luchaba por mantener un frente unido contra Rusia, cuyo gas natural es importado en gran medida por Italia y otros países.

Nicola Nobile, directora asociada de Oxford Economics, advirtió que la salida de Draghi y la espera de un nuevo gobierno podrían empeorar la turbulencia económica en Italia, ya que los inversionistas están preocupados porque esté cargando con demasiada deuda y que ya estaba experimentando una marcada desaceleración para la segunda mitad del año.

Por su parte, los periódicos italianos se unieron a la indignación este jueves por el resultado en el gobierno. “Vergüenza”, titulaba La Stampa en su primera plana, mientras La Repubblica cabeceó: “Italia tracionada”. “Adiós al gobierno de Draghi” decía Corriere della sera.

De acuerdo con las encuestas, la mayoría de los ciudadanos italianos deseaba que Draghi se mantuviera en el cargo, siendo ésta una de las razones por las que dio marcha atrás y no confirmó su primera renuncia el pasado miércoles.

FBPT

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