Los temores de Europa de que Rusia cortara el suministro de gas al continente se hicieron realidad. Ayer, el gigante energético Gazprom anunció la reducción de gas natural que suministra al continente a través del gasoducto Nord Stream 1 y lo dejó sólo al 20 por ciento de su capacidad.
De acuerdo con el gobierno de Vladimir Putin, esto se debe a problemas técnicos, sin embargo, Alemania ya señaló que no hay ninguna razón de este tipo y acusó que la acción se debe a que Rusia, ahora, ha convertido el gas en parte de una estrategia de guerra, además, demandó acciones políticas que sólo llevarían a que el costo del gas siga rompiendo récords en su costo en Europa.
De acuerdo con información de la agencia AP, los datos de la red de Nord Stream y el jefe del regulador de redes de Alemania, Klaus Mueller, confirmaron la reducción.
“El gas ahora es parte de la política exterior rusa y posiblemente de la estrategia de guerra rusa”, dijo Mueller a la radio Deutschlandfunk.
Los precios del gas natural –que es utilizado para diversas industrias, generar electricidad y calentar los hogares en el invierno– han subido en el índice de referencia TTF de Europa a niveles no vistos desde principios de marzo y son casi seis veces más altos que hace un año.
Los elevados precios de la energía están alimentando una inflación récord, además de restringir el poder adquisitivo de las personas y aumentar la preocupación de que Europa pueda caer en una recesión si no ahorra suficiente gasolina para pasar los meses fríos.
Ese temor llevó a los gobiernos de la Unión Europea (UE) el martes a acordar reducir el uso de gas natural para protegerse contra más cortes en el suministro de Rusia.
El proyecto de ley apunta a reducir la demanda de gas en un 15 por ciento de agosto a marzo con medidas voluntarias. Si no hay suficientes ahorros, se desencadenarían recortes obligatorios en el bloque de 27 naciones.
Rusia, que ha reducido o cortado el gas natural a 12 países de la UE desde la guerra, insiste en que la nueva caída a través de Nord Stream 1 se debe a que se necesita mantenimiento en una turbina para una estación compresora y otra turbina enviada para reparaciones en Canadá que aún no ha sido devuelta.
Desde finales de marzo, Moscú advirtió a las naciones extranjeras “no amigas” que tendrían que pagar el gas en rublos a partir del 1 de abril o correrían el riesgo de que el servicio fuera suspendido, lo cual sucedió un mes después cuando Gazprom suspendió el suministro a Polonia y Bulgaria, naciones que se negaron a pagar en la moneda rusa.
Los líderes y analistas europeos dicen que las reducciones son un pretexto para tratar de dividir a los países de la UE y elevar los precios.
“Como antes, no vemos ninguna causa técnica” para los cortes, dijo en Berlín la portavoz del gobierno alemán, Christiane Hoffmann, y agregó que “desde nuestro punto de vista, no hay nada que se interponga en el transporte de la turbina a Rusia”.
“Lo que estamos viendo aquí es en realidad un juego de poder, y no nos dejaremos impresionar por eso”, añadió.
A través de un comunicado al que tuvo acceso AP, James Huckstepp, gerente de análisis de gas de Europa, Medio Oriente y África en S&P Global Commodity Insights, el último movimiento de Gazprom “parece respaldar nuestra opinión de que los recientes recortes rusos en los flujos son un deterioro intencional en el comercio de gas debido a las escaladas geopolíticas”.
“Siendo ese el caso, aumenta nuestro escepticismo en torno a las importaciones rusas en los próximos meses”, agregó Huckstepp.
Rusia ha representado recientemente alrededor de un tercio de los suministros de gas de Alemania. El gobierno dijo la semana pasada que la caída en los flujos de gas confirmó que esta última no puede depender de las entregas rusas y anunció que aumentaría sus requisitos de almacenamiento de gas y tomaría más medidas para conservar los suministros.
Alemania importa el 55 por ciento de su gas desde Rusia y la mayor parte proviene del gasoducto Nord Stream 1. El resto se obtiene de otras tuberías terrestres.
Asimismo, Ucrania ha acusado al Kremlin de librar una “guerra del gas” contra Europa y de cortar los suministros para infligir “terror” a la gente.
Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de este año, el precio del gas al por mayor ya se había disparado, con un impacto en cadena en las facturas de energía de los consumidores en todo el mundo.
Por su parte, en un mensaje publicado en la página web de la Presidencia de Ucrania, Volodimir Zelenski, mandatario de aquel país instó a la UE a responder a Rusia con una nueva ronda de sanciones a la “guerra abierta del gas que Moscú está librando contra una Europa unida”, acción que calificó como una “diferente forma de terror”.
“El chantaje del gas a Europa no hace más que empeorar cada mes. Rusia no va a reanundar el suministro de gas a los países europeos, como está obligada por contrato”, se lee en el escrito.
“Todo esto lo hace Rusia deliberadamente para dificultar al máximo la preparación de los europeos para el invierno. No les importa lo que le pasará a la gente, cómo sufrirán por el hambre debido al bloqueo de los puertos o el frío invernal y la pobreza. Son sólo diferentes formas de terror”, aseguró el mandatario.