Países del G-7 exhortaron a China a detener la “actividad militar agresiva” contra Taiwán tras la supuesta “traición” de Estados Unidos, mientras esa potencia refuerza restricciones a la isla que contemplan paralizar su economía y hasta el lanzamiento de misiles.
Luego de las denuncias de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, por la irrupción de 28 cazas chinos en la isla, los ministros de Exteriores de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón lanzaron un llamado al régimen de Xi Jinping al advertir que la presencia de la congresista de EU Nancy Pelosi, que repudió la potencia regional, “no justifica” esta respuesta militar.
Y ante la escalada de una parada que no estaba programada y que Beijing intentó impedir, exigieron a la nación, que se dijo desafiada, evitar la coerción y conducirse por el camino de la paz y la estabilidad del Estrecho de Taiwán, en el que hoy inicia ejercicios militares con municiones reales por mar y por aire.
Con ello aumenta el cerco contra el territorio cercano con el respaldo del Ejército Popular de Liberación (EPL), presuntamente para “apagar” el entusiasmo de independencia, que acusó promovió EU a través de su representante.
Al respecto, el Partido Comunista denunció las deliberadas acciones del gobierno de Joe Biden, pues contradicen la política de “una sola China” al envalentonar a la zona para declararse independiente de facto.
En medio de este cúmulo de posturas en apoyo a la zona, que afirma ser independiente, el diario oriental Global Times señaló que la situación podría detonar acciones sin precedentes, pues ese gobierno no descarta el uso de misiles, pues sus fuerzas anticipan mostrar todo su poderío con equipo hipersónico.
En una publicación, el medio detalló que la campaña contra la secesión activó simulacros con fuego real, luego de múltiples advertencias contra EU de no jugar con fuego, esto con miras a someter a quienes impulsan la separación de China y controlar a estos líderes. Agregó que en las últimas horas se detectó la salida de varios aviones de combate furtivos de manera discreta.
Incluso, no descartan que en los ejercicios intimidatorios, que deberían concluir el próximo fin de semana, China intente forzar una reunificación, luego de que el Ministerio de Defensa de la potencia sostuvo que tanto EU como las fuerzas separatistas deben asumir todas las consecuencias.
Asimismo, el régimen aumentó las represalias enfocadas principalmente contras Taiwán y su comercio.
En poco más de 24 horas el régimen de Xi amplió el bloqueo a importaciones de productos alimentarios, como panes, cítricos y pescados congelados; luego sumó a esta lista la arena de cuarzo, lo que afectará la fabricación de chips, aunque el gobierno sostuvo que no impondría medidas coercitivas contra la tecnología y la manufactura.
Dicha acción va encaminada a paralizar uno de los principales productos de la isla, que se usa para teléfonos inteligentes y otros electrónicos, y representa casi la mitad de la comercialización mundial; no obstante, también afectaría a la mercancía china, pues mantiene un lazo con la isla que tan sólo en el último año aumentó 26 por ciento, de acuerdo con estas naciones.
Ante estos bloqueos, el líder de la compañía taiwanesa TSMC —la mayor en la isla— advirtió a CNN que un bloqueo en la materia sería fatal, pues tan sólo esa empresa es responsable de casi 60 por ciento del mercado de semiconductores, de acuerdo con revelaciones del director Mark Liu, y dicho sector ya se ha visto golpeado este año.
Y pese a las fuertes críticas contra Beijing, la principal economía asiática no respondió al pronunciamiento de líderes mundiales al reiterar que Estados Unidos y Taiwán sabían que este viaje desataría graves consecuencias.
Y ante airadas advertencias, el G-7 insistió en evitar una escalada que detone un conflicto mayor, lo que recuerda a la guerra de Rusia en Ucrania, por lo que instan a no empeorar el panorama.
Incluso la ministra de Exteriores británica y candidata a primera ministra, Liz Truss, pidió a China rebajar su postura “incendiaria” y de hostilidad, pues justificó el viaje de Pelosi, quien se reunió con activistas que han denunciado actos de represión en la región.
En esta disputa, la presidenta isleña reiteró que ninguna de estas acciones los harán retroceder en su lucha democrática, un mensaje que pareció respuesta al respaldo de EU, pues la segunda en sucesión presidencial le garantizó en su encuentro de la madrugada de ayer que el gobierno de Biden “no abandonaría a Taiwán”, poco antes de salir de la isla para continuar con su gira, en la que le falta visitar Corea del Sur y Japón, antes de retornar a Occidente.
Incluso, Tsai aseveró que ninguna “amenaza deliberadamente intensificada” los hará cambiar su postura, al ratificar la línea en favor de la libertad, misma que va contra la política de “una sola China”. Mientras que su ministro de Defensa, Jian-chang You, externó que “este acto (asedio militar) equivale a bloquear a Taiwán por aire y mar (…) y viola gravemente la soberanía territorial”.