La segunda visita no programada de legisladores de Estados Unidos a Taiwán activó nuevamente los ejercicios militares del régimen de Xi Jinping que se extendieron por una semana, al intensificar la presión contra la isla.
En respuesta a la reunión de los representantes de Joe Biden con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, el Ejército Popular de Liberación puso en marcha sus operativos aéreos y navales, como medidas para amedrentar los ánimos separatistas en la región.
Y advirtió que está listo para mostrar su capacidad y “defender la soberanía nacional”, ante la nueva afrenta del gobierno de Biden, pues insistió que estas acciones van en contra de la política de “una sola China”, que el mandatario prometió respetar poco antes de la primera visita, de la líder congresista Nancy Pelosi.
En tanto, el Ministerio de Defensa anticipó el uso de aviones de combate y buques en aguas del Estrecho de Taiwán para nuevos simulacros, pues garantizó una respuesta decidida de Beijing ante lo que denominó como una “colusión” entre la isla y EU.
Pese a las advertencias, líderes de la región se ufanaron de la relación reforzada con EU, ante el respaldo de más representantes de ese gobierno, pese a que no existe como tal un lazo diplomático.
Incluso, algunos legisladores destacaron que ningún amago chino, sin importar cuántos haya, evitará que más políticos visiten la región, que insisten no le pertenece a China.
