Rusia amaga con cerrar planta de Zaporiyia

Ucrania y ONU exigen cesar escalada nuclear

Volodimir Zelenski aprovecha apoyo de ONU y Turquía para exigir salida del invasor; António Guterres se centra en crisis alimentaria; Kremlin denuncia ataques en su territorio

De izq. a der.: Recep Tayyip Erdogan, Volodimir Zelenski y António Guterres, durante una reunión trilateral en Leópolis, ayer. Foto: AP

La visita de aliados de Volodimir Zelenski a Ucrania encendió nuevamente la disputa ante un “chantaje” nuclear, pues demandaron a Rusia reducir la amenaza en la planta de Zaporiyia, pero el Kremlin amagó con cerrarla.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, admitieron durante la reunión trilateral en Leópolis que la principal amenaza en esa nación es de tipo nuclear, ante el temor de que ocurra un desastre de gran magnitud, pues ambas partes se acusan de planear ataques y provocaciones en ese complejo.

Incluso, el líder turco y negociador en las exportaciones de alimentos —quien viajó por primera vez a la zona en guerra— hizo énfasis en detener esta escalada, pues podría ocurrir “otro Chernobyl”, como hace más de 30 años.

Con este respaldo, Zelenski aprovechó para pedir, nuevamente, al régimen de Vladimir Putin abandonar el complejo que convirtieron en una base militar desde marzo pasado, fecha desde la que han impedido inspecciones y mediciones de la radiación, mientras el mundo teme “consecuencias catastróficas”.

El líder defensor explicó que esta retirada inmediata evitara exponer a miles de personas en ambas naciones, pues se han replicado ataques en la principal planta de Europa y ciudades vecinas como Energodar y Nikopol.

Este terror deliberado del agresor puede tener consecuencias catastróficas globales (…) la ONU debe garantizar la seguridad de este objeto estratégico (Zaporiyia)...
Volodimir Zelenski, Presidente de Ucrania

Al respecto, Guterres demandó la desmilitarización de la zona por sentido común, de lo contrario, dijo, “se pone en peligro la integridad física, la seguridad y la protección de la central nuclear”, y aunque se desconoce la postura del gobierno ruso, Ucrania adelantó que hay un preacuerdo con la ONU para que especialistas de la Agencia Internacional de Energía Nuclear (AIEA) acudan a revisar las condiciones y niveles radiactivos, pero descartó un acercamiento para terminar con la guerra.

En respuesta, el Kremlin amagó con suspender operaciones en la central si no cesan los ataques, al responsabilizar del riesgo a las fuerzas de Kiev. Fue el líder regional, Igor Kirilov, quien declaró que podrían enfriar dos de los reactores si persisten los ataques sistemáticos, arrebatando la energía a gran parte de la región invadida.

Y los ocupantes reforzaron la zona justificando que hay información de que los soldados de Zelenski preparan “una provocación” en Zaporiyia durante la visita del líder de las Naciones Unidas, atribuyendo a los locales lo que ocurra. Acusación similar a la del Ministerio de Defensa local que afirmó que ante el fracaso ruso para que Kiev responda a sus disparos, buscan “subir la apuesta”, durante los días que dure la visita de Guterres, mientras usan el complejo como escudo.

Hay que desmilitarizar la zona y decir las cosas como son:
Cualquier daño potencial en Zaporiyia
es un suicidio...
António Guterres, Secretario de la ONU

Y en medio de estos choques, más bases militares del Kremlin fueron vulneradas. Medios locales reportaron que hubo detonaciones en Sebastopol y Crimea, en la zona invadida, e incendios en Rusia, pues golpearon dos depósitos de municiones en Belgorod, provocando la evacuación de cientos de personas en Timonovo y Soloti.

En tanto, Ucrania denunció el impacto de ocho proyectiles en Járkov durante la madrugada, hecho que mató a 15 personas, incluyendo niños; tema ante el que los rusos admitieron la responsabilidad y dijeron que el verdadero saldo es mucho mayor, lo que recuerda un compromiso de Erdogan, quien pese a sus nexo con Moscú, ratificó su respaldo a Kiev para reconstruir su infraestructura.

Pese a la escalada, Guterres recordó que otro objetivo de su segundo viaje a Ucrania es supervisar la iniciativa Mar Negro para la Exportación, ante la crisis alimentaria, por lo que hoy visitará el puerto de Odesa.

Resaltó que la prioridad es mantener el flujo, después de un bloqueo de meses, pues en los últimos días ya salieron más de 560 mil toneladas métricas de granos al mercado mundial.

Asimismo, el líder de la ONU dijo que el apoyo humanitario no se detiene. Al respecto Zelenski urgió toda la ayuda, pues recordó mediante su cuenta de Telegram que desde el inicio de la guerra el invasor ha deportado de manera forzada a miles de ucranianos, por lo que se requiere ubicarlos a todos, así como a cientos de soldados y médicos capturados.