El presidente francés, Emmanuel Macron, consiguió ayer que su homólogo ruso, Vladimir Putin, acepte que las condiciones del envío de una misión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a la central nuclear de Zaporiyia tengan el visto bueno tanto de Ucrania como de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Así lo destacó en mensaje el Elíseo tras una conversación telefónica mantenida este viernes entre los presidentes de Francia y Rusia sobre esa central nuclear ucraniana, la más grande de Europa, que está ocupada por tropas rusas y es objeto en las últimas semanas de acusaciones mutuas entre Moscú y Kiev sobre la autoría de bombardeos en su entorno.
Ambos mandatarios tienen previsto volver a hablar “en los próximos días”, una vez que los equipos técnicos hayan discutido de esas modalidades y antes de que se despliegue la misión.
Previamente, el Kremlin anunció que los dos mandatarios apoyan el envío de esa misión con carácter urgente “que permita evaluar la situación en el lugar. Los bombardeos sistemáticos del territorio de la central atómica de Zaporiyia por parte de los militares ucranianos generan el peligro de una catástrofe de gran envergadura que puede conducir a la contaminación radiactiva de amplios territorios”.
Una acusación reiteradamente rechazada por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que ha denunciado que son los rusos los que están aplicando un “terror deliberado” en la central que “puede tener consecuencias globales catastróficas para todo el mundo”.
Un incendio en un depósito de municiones cerca del pueblo ruso de Timonovo obligó a la evacuación de dos pueblos de la región rusa de Belgorod, en la frontera con Ucrania. El incendio es el más reciente de una serie de incidentes de destrucción en el territorio ocupado por Rusia en Ucrania o dentro de la propia Rusia.