Al cumplirse seis meses en guerra, Rusia mantiene la mira en desgastar a las fuerzas ucranianas o hacer que pierda el apoyo mundial con el que Volodimir Zelenski lo ha enfrentado.
Para los académicos Genaro Beristáin y Patricia Baranda es claro que tras la salida de Kiev, punto clave en la invasión, el Kremlin apostó por una estrategia para ver quién aguanta más, luego de que no prosperara la llamada “operación relámpago”, como anticipó Moscú, de que el conflicto acabaría en cuestión de días.
Ello demuestra que los de Putin tienen la capacidad para atacar por tiempo indefinido en esta lucha de resistencia, pues depende de sí mismo, mientas que el defensor sigue a la expectativa de que Occidente lo apoye, como recientemente lo hicieron Estados Unidos, con un nuevo monto de hasta tres mil millones de dólares adicionales, y gobiernos europeos.
Beristáin refirió a La Razón que el Krem-lin tiene más posibilidades de prolongar la guerra, ya que históricamente cuenta con mayor preparación para eso y más, al recordar antecedentes como Chechenia, que se extendió por dos años, y la anexión de Crimea en 2014, hecho que detonó en este nuevo conflicto.
El internacionalista dijo que los ucranianos están soportando con lo que tienen, pero “llegará el punto en que se quiebren”, pues les falta dominio para replegar a los ocupantes, mientras siguen cayendo ciudades clave y puertos estratégicos.
Muestra de ello, explicó, son las bajas que acumulan, pues aunque ambos han perdido un número similar de soldados en 182 días, en proporción el daño es mayor para el invadido. Según el pronóstico más aventurado han muerto 35 mil militares rusos, menos de la tercera parte de los 140 mil que posicionó en la frontera y para Kiev ese número rebasa la mitad de fuerzas totales, pues su ejército ascendía a unos 50 mil efectivos.
Al respecto, la investigadora Baranda apuntó que las fuerzas rusas tienen mayor poder estratégico-militar y usan pretextos para recrudecer y justificar los ataques, en referencia a la explosión del coche bomba que mató a Daria Dugina, hija del ideólogo ruso Alexander Dugin y por el que ambas naciones siguen cruzando acusaciones.
Sin embargo, los analistas coincidieron que aún no se vislumbra un fin o una solución en el corto plazo. Dijeron que todo depende de sus estrategias y correlación de fuerzas, ya que es posible que los europeos se replanteen el respaldo y “ya no estén dispuestos a cargar con ese paquete”, según Beristáin, en referencia a la inflación, cadenas de valor, suministros y alto costo de los energéticos, mismos que acusan el Kremlin usa como arma de guerra.
No se vislumbra, ni a corto ni a mediano plazo, que (la guerra) vaya a concluir, porque ya estamos ante lo que algunos teóricos catalogan como un conflicto de desgaste...Patricia Baranda, Internacionalista de la UNAM
Para Baranda un factor decisivo será la reunión del G-20 en octubre próximo, a la que ya se confirmó la asistencia de Putin. Ahí “darán pistas de si se va a seguir prolongando (la guerra) o culmine en un mediano plazo”.
Explicó que en este encuentro el líder del Kremlin coincidirá con sus homólogos como Joe Biden, de EU, y lo único que evitaría éste sería que al demócrata le diera de nuevo Covid-19, hecho que adelantó sería otra estrategia.
En tanto, Genaro Beristáin indicó que Rusia sigue viendo cómo fluye el apoyo en favor de Zelenski, pero recordó que el ejército eurasiático espera quebrar a Ucrania y si los aliados buscan una salida diplomática, puede que ésta “no sea la que quiere Zelenski o lo que quiere EU”.
Ambos reconocieron que, pese a las sanciones y bloqueos, no ha ocurrido un verdadero aislamiento. Dichas acciones se deben a que los europeos dependen del gas ruso, que se ha convertido en una llave para Moscú, especialmente ahora que se avecina el invierno.
Aunque señalan que en algún momento Rusia se resentirá, pues las restricciones estaban previstas para impactar hasta 2023, dando un margen de un año para poner fin a la invasión.
Baranda agregó que Moscú mantiene sus objetivos y el principal sigue siendo Donbás, pues la región separatista “es un pase automático al mar de Azov y al mar Negro”, por su ubicación geográfica, hecho por el que Rusia enfrentó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y su plan expansionista, así como posibles cambios al orden mundial.
De ahí la importancia de ganar adeptos en zonas ucranianas en las que ha ganado territorio, lo que recuerda al soviético Joseph Stalin, quien se caracterizó por una estrategia de “poblar Ucrania con gente rusa”, pues detalló que ciudadanos de ambos lados de la frontera comparten ideología, cultura y lenguaje, pese a diferencias.
En torno a la situación nuclear dijeron que sólo se trata de otra estrategia y que es muy bajo el riesgo de que alguna de las partes provoque un incidente, pues Baranda señaló que hasta el momento no ha escalado a tal grado la situación en la planta nuclear de Zaporiyia, pues los ataques y disparos parecen calculados.
Los ucranianos están aguantando con lo que tienen y la ayuda internacional, pero llegará el punto en que se quiebren y el alargamiento sólo va a derivar en más pérdidas humanas...Genaro Beristáin, Académico de la UNAM
Y ante posibles diferencias al interior de Rusia admitieron que hay minorías y grupos que no están de acuerdo con Putin, pero sí con la lucha contra ideologías fascistas y nazistas, pero Beristáin sentenció que “no hay forma de que surja un levantamiento que acabe con el gobierno de Vladimir Putin” o intente derrocarlo.
Ayer, el gobierno de Zelenski se dijo preparado para responder a cualquier escalada al asegurar que nada empañará el Día de la Independencia que se conmemora hoy y adelantó que aún busca la recuperación de Crimea al reiterar que así como la guerra inició por este territorio así acabará lo que comenzó en febrero.
Sin embargo, algunos de sus aliados como EU y Francia sí anticipan un nuevo riesgo, por lo que exhortaron a su población a abandonar la zona lo antes posible.
En tanto, del lado ruso siguen los amagos, y el canciller Serguéi Lavrov señaló que las fuerzas rusas actuarán “sin piedad y sin perdón” contra todos aquellos que patrocinaron y perpetraron el atentado contra Daria Dugina.