La seguridad en la planta nuclear de Zaporiyia, en poder de los rusos, es insostenible ante constantes amenazas y bombardeos, aseveró la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) en un primer informe tras una revisión en Ucrania.
Expertos que inspeccionaron el complejo concluyeron que la única vía para evitar un desastre es proteger las inmediaciones de la central, pues los daños físicos detectados en equipo eléctrico y violaciones a los pilares de seguridad son peligrosos más allá de sus fronteras.
Por ello, urgió a Ucrania y Rusia a garantizar una “zona de seguridad” física y detener de inmediato los ataques, mientras tropas de ambos bandos se culpan por los recientes bombardeos e incendios que provocaron una desconexión con la red ucraniana, arriesgando el sistema de enfriamiento de los reactores.
A menos de una semana de ingresar a la región, el equipo sostuvo que de momento no hay una emergencia nuclear, en medio de los temores de que ocurra una fuga o incidente catastrófico.
Sin embargo, los especialistas en energía nuclear reiteraron su demanda de poner fin al conflicto, al menos en esta zona, antes de que sea tarde, en referencia a un incidente de mayores proporciones, lo que recuerda el desastre de Chernobyl y por el que dos expertos permanecerán en la planta para evaluar la situación.
Y horas después, las fuerzas defensoras denunciaron un bombardeo en Energodar, ciudad que alberga la central, que dejó a unos 50 mil habitantes sin agua ni electricidad, de acuerdo con el alcalde Dmitro Orlov, quien detalló que los ocupantes lanzaron hasta 20 misiles y tres cayeron muy cerca del complejo.
Asimismo, el organismo que encabeza Rafael Grossi instó al gobierno de Vladimir Putin a mejorar las condiciones de los empleados, debido a la presión que recae en ellos, pese a que no tienen acceso al sistema que operaban antes de la guerra, pues la empresa encargada acusó dificultades para hacer reparaciones.
Según el informe, los trabajadores están estresados y presionados, lo que aumenta el riesgo de una falla humana ante los temores de un accidente nuclear, en referencia a los ucranianos que laboran bajo el mando de líderes rusos, mismos que convirtieron este espacio en una base estratégica.
Ante esta situación, la agencia corroboró las acusaciones del gobierno de Zelenski de que Zaporiyia se convirtió en una base militar, pues encontraron vehículos y suministros de los invasores cerca de al menos dos reactores.
Por ello, urgió a los rusos a retirar de inmediato su armamento y equipo almacenado, al admitir que éstos no son conscientes del peligro potencial en las instalaciones, hecho que reafirmó el asesor presidencial, Mijailo Podolyak.
Tras este informe, Zelenski advirtió que su homólogo no acatará ningún consejo en torno a la central, pues el Kremlin ha rechazado ser responsable de los ataques en o cerca de las instalaciones, pese a la evidencia, o tener equipo militar en la zona.
Apuntó que el único interés de Rusia es generar más caos y hacer de esta situación un escenario peor, por lo que insistió a sus aliados a tomar acción y responder a los ataques rusos.
Y es que pese a algunas sanciones, Putin ha aprovechado para afianzar lazos con países de Oriente, en clara afrenta a gobiernos occidentales.
Muestra de ello es que esta semana comenzó ejercicios militares con China, potencia asiática que adelantó que cambiará el pago de energéticos a rublos, aceptando las condiciones que el Kremlin ha tratado de imponer a países de la Unión Europea (UE). Además, se reveló que las fuerzas rusas buscan suministros militares en Norcorea ante las bajas.
- El dato: Casi dos meses después de la guerra, la agencia encargada de evaluar la seguridad nuclear inició presiones al régimen invasor para permitir acceso para un monitoreo radiactivo.