El gobierno británico tiene preparado un protocolo desde hace años llamado Operación London Bridge, que se activará en caso de que muera la reina Isabel II, quien se encuentra en delicado estado de salud, según el reporte de los médicos.
Dicho plan, creado desde la década de los 60, contempla detalladamente cada una de las acciones que se realizarán como parte de los funerales de Estado y durante el luto que se decretará en Gran Bretaña en cuanto se oficialice el deceso de la monarca, hecho que anunciará el secretario privado, Edward Young, con la frase “London Bridge is Down” (El puente de Londres ha caído, como nombre clave de la reina).
Y ante los reportes de salud de la monarca resalta este operativo en el que se define cómo su realizará la sucesión, que recaerá en el príncipe Carlos, proceso que iniciará una vez que se confirme el fallecimiento de la monarca más longeva del país, con más de 70 años en el trono, desde 1952.
En primera instancia se conoce como Día D el momento en que se confirma la muerte, hecho que anunciará la cadena de noticias BBC y las jornadas siguientes serán enumeradas cronológicamente, D2, D3 y así sucesivamente.
En el Día D el gobierno británico notifica a todos los Estados que integran la Comunidad de la Commonwealth y se colocará el anuncio en las rejas del Palacio de Buckingham. Posteriormente Carlos será proclamado rey de Gran Bretaña, quien se reunirá con la primera ministra, Liz Truss y otros líderes.
De ahí se desencadena una larga lista de acciones como el traslado del ataúd de la reina al Palacio de Buckingham; en caso de morir en el castillo de Balmoral, casa de verano de la familia real, hay dos opciones llevarlo en tren o vía aérea. Después de Buckingham sería trasladado al Palacio de Westminster.
Su heredero, quien dará un discurso un día después de la muerte de la reina, iniciará una gira, para regresar a Westminster en el Día 10 para el funeral de Estado.
FBPT